El sueño de Paula Badosa en New York ha llegado a su fin. La estadounidense Emma Navarro la ha despertado en dos sets en los cuartos de final del US Open y no ha podido superar su mejor resultado en un Grand Slam.
En una hora y doce minutos, la norteamericana se impuso 6-2 y 7-5 y logró su billete para las semifinales. Eso sí, Badosa tuvo una estupenda reacción tras perder el primer set, se situó con 5-1 en el segundo, a un paso de equilibrar el marcador y llevar el desenlace del enfrentamiento a la tercera y definitiva manga.
Pero entre la mejoría de su rival y la desconexión de la española, la situación cambió radicalmente. Navarro ganó seis juegos seguidos y echó por tierra las esperanzas de la tenista española.
Los 35 errores no forzados (15 de Navarro) le terminaron pesando mucho, si bien volvió a demostrar que se encuentra en una extraordinaria forma física.
Badosa, que arrancó algo fría el partido, había basado gran parte de su éxito en las últimas semanas en un potente despliegue físico que abrasaba a sus contrincantes, pero Navarro le dejó claro muy pronto que la batalla atlética iba a estar muy pareja.
Tardó la española en encontrar la manera de mover a Navarro, muy segura desde el fondo de la pista. Su oportunidad de engancharse al set llegó con 4-2 y dos opciones de rotura, pero Navarro neutralizó ambas y aseguró su servicio con una exquisita dejada.
Las dobles faltas (cinco en la primera manga y siete al final del partido) fueron también una losa y Badosa, que concedió otro 'break', perdió el primer set en 29 minutos (6-2).
Mucho más sólida y peligrosa que en la primera manga, Badosa parecía recuperar sensaciones en la segunda: un grito de vamos por aquí, un puño levantado por allá.
Pero la crisis apareció cuando quizá menos se lo esperaba. Con 5-2 sacando para cerrar el set, la catalana encajó dos roturas seguidas (la segunda tras dos dobles faltas), acusó muchísimo el golpe y Navarro no desaprovechó el regalo: cerró el partido ganando en total seis juegos seguidos (24 de los últimos 28 puntos) y despertó a Badosa de su sueño en Nueva York.
Con este resultado, Arantxa Sánchez Vicario (1994) se mantiene como la única española en conquistar el último' grande' del año y también como la única en jugar la final (1992). Conchita Martínez fue la última semifinalista pero de eso hace ya 28 años.
Paula llegó a colocarse 5-1 a favor en el segundo set, pero su desconexión final le volvió a jugar una mala pasada: "No supe controlar mis emociones. Lo primero que quería hacer, si soy sincera, era irme de la pista. Al final, cuando estás tan mal con pensamientos tan negativos, te quieres ir porque al final te haces una hormiga".Además, según su memoria, era algo que nunca antes había experimentado: "Creo que perder un set después de estar 5-1 arriba es la primera vez que me pasa en mi carrera. Siempre hay una primera vez para todo y tuvo que pasar hoy, desafortunadamente (....). Todavía necesito pensar qué sucedió porque tuve dos saques (para ganar el set) y empecé a fallar. Perdí, no sé, como 20 puntos seguidos. Fue muy raro porque soy una jugadora bastante consistente".