Paula Badosa se coronaba este pasado domingo en el WTA de Whasington y acababa con dos años y medio de sequía. El triunfo le servía, además, para meterse entre las 40 mejores del mundo y ahora afrontar el WTA 1.000 de Toronto cargada de moral y con una confianza que le hace ser temible para cualquiera de las cabezas de serie. La española arrancará ante la danesa Clara Tauson, ante la que espera mantener su buena racha.
El triunfo le ha servido como un escape de todo lo vivido en el último año y medio, en el que las lesiones casi le retiran del tenis. De hecho, en la final, le dio un ataque de ansiedad al perder el segundo set -cuando no paraba de llorar- que casi le hace perder el partido. El parón que hubo en ese momento le vino muy bien para recuperarse y centrarse de nuevo en su juego. Y, al final del mismo, se soltó y lloró, pero esta vez de alegría. Se había liberado.
Durante este tiempo, Paula Badosa no sólo ha tenido que aguantar la presión del ránking, de sus lesiones o de su juego, sino también a los muchos que, en redes, aprovechaban su mal momento y su lesión de espalda para tratar de hacerle daño. Algo que, según ella, lejos de conseguirlo, le alentaban a seguir cuando la palabra retirada estaba en su mente. “Todavía tengo que hablar con los médicos todos los días y controlar eso mucho porque hay días que siento la espalda, pero hay otros días que puedo continuar. Había algo dentro de mí que pensaba: ‘no importa cuánto dolor tenga, necesito demostrar a todo el mundo que se equivocan y que voy a poder volver porque me lo merezco'. Eso fue lo que más me motivó, leer a toda esa gente que decía: ‘retírate ya, no tienes nada que hacer, tu nivel no es lo que era’. Así que yo les digo: ‘no os preocupéis, solo esperad’”, avisa la catalana.
La tenista española reconoce, no obstante, que estuvo a punto de tirar la toalla y que, como ha dicho muchas veces, ha sido una lucha contra la lesión y contra sí misma. "En febrero me pusieron inyecciones y también después del torneo de Roma hace unos meses. No estaba viendo la luz, pensaba: ‘¿cómo voy a seguir así?’ Después de todo es increíble verme ahora como una jugadora diferente física, mentalmente e incluso tenísticamente. También tengo dentro de mí que mucha gente no creía que fuese a ser posible, me estaban retirando del tenis. También eso me ayuda y me sigue empujando a más y me motiva”, admite Badosa, que en Washington alzó su cuarto título en el WTA Tour.
En este sentido, admite que le podía faltar paciencia, pues sus lágrimas, en especial en Dubai, cuando no pudo terminar ante Lulu Sun eran fruto de su impotencia. “Lo he estado diciendo desde hace unas semanas que estoy jugando bien y que sabía que mi momento iba a llegar, pero no sabía cuándo. Últimamente sentía que estaba perdiendo partidos disputados y que llegaría. Lo único que necesitaba era tener paciencia. Al inicio del año, un año en el que he estado lesionada y de todo, hubo momentos que pensaba: ‘¿voy a poder volver al nivel que quiero?’ Eso fue difícil para mí porque mi espalda no me respondía, pero finalmente lo ha hecho. Me siento otra vez como una atleta", avisa la catalana, que ha vuelto a liderar el tenis español después de haber tocado fondo en Madrid, cuando perdió en primera ronda ante la emergente Jessica Bouzas. Desde entonces, no ha hecho más que crecer.