Hace poco más de un mes Jasmine Paolini tenía como mejor resultado en un Grand Slam la segunda ronda, sin embargo, desde ese momento ha dado un salto de calidad brutal, que primero la llevó a la final de Roland Garros, donde Iga Swiatek le pasó por encima; y ahora, ya asentada entre las diez primeras de la WTA, le ha llevado a la segunda final consecutiva, en este caso en Wimbledon, donde el sábado podrá resarcirse de lo que sucedió en París.
Paolini derrotó a la croata Donna Vekic en un durísimo partido decidido en tres sets, por 2-6, 6-4 y 7-6 para convertirse en la primera italiana en la historia en jugar la final de Wimbledon. La transalpina es también la primera jugadora en ocho años en encadenar finales en París y Londres, después de que lo consiguiera Serena Williams en 2016. Paolini remontó un 'break' en contra en el tercer set en dos ocasiones y necesitó de tres puntos de partido para imponerse a la pegada de la croata que, pese a meter 42 golpes ganadores, cometió 56 errores no forzados.
El partido estuvo en la raqueta de la croata en varias ocasiones y perdió tres bolas de 'break' en el segundo set, tuvo 2-0 y pelota de rotura en el tercero, 3-1 y 4-3 y saque, además de otras dos pelotas de 'break', con 5-5. Su cruz fue la inestabilidad, reflejada en las lágrimas que mostró en los instantes finales del set, y le costó el encuentro y también desperdició un 'mini break' de ventaja en el super tie-break. Vekic estaba viviendo unas semanas de ensueño, en el que sin ser cabeza de serie ha ido aprovechando las ventajas del cuadro, y pese a verse fuera varias veces, sobre todo ante Paula Badosa en octavos, quien la tuvo contra las cuartos, se rehizo, y a ha estado muy cerca de colarse en la final.
"Ha sido muy duro, ha jugado increíble, no paraba de meter golpes ganadores. No paraba de repetirme que luchara cada bola", explicó Paolini, que reconoció que al principio del encuentro estuvo muy mal y que fue de menos a más, tanto que se le va a quedar grabado. "Será un partido que recordaré toda la vida". Ahora la transalpina se medirá en la final a la ganadora de la otra semifinal, la que disputará la ganadora de 2022, Elena Rybakina, y Barbora Krejcikova, campeona de Roland Garros en 2021.