Novak Djokovic cuajó un 2023 que ni el más optimista hubiera firmado a principios de temporada. Jugó las cuatro finales de los Grand Slam, ganó tres, se apuntó las ATP Finals... Y casi todo ello con 36 años a sus espaldas.
Sin embargo, sus palabras desde ese final y, sobre todo, desde el mes de enero han ido demasiado encaminadas a una despedida. Dejó claro que a partir de ahora priorizaría otras cosas al tenis y se centraría en los Grand Slam.
De hecho, después del Open de Australia, en el que no comenzó ganando varios años después, sólo ha tenido una breve aparición en Indian Wells y una más duradera en Montecarlo, donde perdió en semifinales ante Casper Ruud. En Roma debería regresar la próxima semana, aunque será con la vista puesta en lo que llega en apenas tres semanas: Roland Garros. Y, luego, Wimbledon y los Juegos Olímpicos, su gran objetivo este año.
Los cambios han venido acompañados de otros, pues del grupo con el que celebró hace apenas año y medio sus penúltimas ATP Finals ya no queda nadie. El anuncio, esta semana, de que Marco Panichi también dejaba de formar parte de su equipo, completa el círculo.
Antes que saliera el preparador físico italiano lo habían hecho desde el final de la pasada campaña su agente Edoardo Artaldi y su jefa de prensa Elena Cappelaro, y, hace unas semanas, su entrenador Goran Ivanisevic.
"Grande Marco, qué años tan increíbles de colaboración hemos tenido. Hemos llegado a la cima, ganado títulos, batido récords. Pero sobre todo, he disfrutado de nuestros días más "ordinarios" de entrenamiento dentro y fuera del gimnasio. Interminables horas de "carciofini" y risas que me han hecho sentir supermotivado para prepararme para el éxito. Grazie Romanista (como te llama Goran) por toda la energía, esfuerzo y tiempo que has invertido en convertirme en el mejor jugador y persona posible. Mucho amor y nos vemos pronto en Roma", publicaba Novak Djokovic en Instagram, donde confirmaba la marcha de Panichi.
Pese a todos los altibajos y a que no ha ganado ningún título este año, Djokovic se mantiene en todo lo alto del tenis mundial, aunque deberá defender más de 5.000 puntos en los cuatro próximos meses. De momento, vuelve con su antiguo preparador físico, Gebhard Phil-Gritsch, como también lo ha hecho con su amigo Nenad Zimonjic. Dos movimientos que se antojan provisionales y que, entre sus seguidores, han hecho temerse un final cercano.