Pasara lo que pasara en el US Open -y en lo que que resta de año-, Alexey Popyrin ya podía decir que la de 2024 es la mejor temporada de su vida, y es que tras ganar el Masters 1000 de Canadá en Montreal ya había alcanzado su zenit. Sin embargo, el destino le tenía regalada un nuevo giro en forma de sorpresón en Flushing Meadows, y es que el australiano se ha 'cargado' ni más ni menos que a Novak Djokovic. Tan solo un día después de que Carlos Alcaraz dijera adiós al torneo, el actual campeón ha hecho lo propio, en el que ha sido sin duda uno de los peores días de su extensa carrera.
Popyrin, que ocupa la posición 28 de la ATP, que firmó una victoria mayúscula por 6-4, 6-4, 2-6 y 6-4 en tres horas y 19 minutos, para dejar huérfano de campeones el abierto neoyorquino, al que ahora nada más que le queda uno en competición tras solo cinco días de torneo, el ruso Daniil Medvedev, que venció en la Gran Manzana en 2021. Además, la derrota del de Belgrado, tetracampeón en Nueva York, le impedirá además que pueda conquistar su 'grand slam' número 25 para desempatar con Margaret Court como el tenista con más títulos de 'grandes' de la historia, y hace que desde 2002, este sea el primer año en el que ni Nadal, ni Federer ni él, ganan un grande.
A sus 37 años, Djokovic venía de redondear un palmarés de leyenda con el oro olímpico en París 2024, pero a Nueva York ha llegado muy justo de físico, con la gasolina bajo mínimos y sin haber participado en ninguno de los torneos previos de la gira norteamericana de verano, y eso le ha pesado ante un Popyrin imperial este viernes, que dominó con mano firme los dos primeros sets frente a un Djokovic que no logró ni un solo 'break' en esas dos mangas y que acabaría el encuentro con 14 dobles faltas.
Pese a lo crítico de la situación, para el serbio era, de alguna forma, territorio conocido, ya que en 2023 y también en tercera ronda en Nueva York perdió los dos primeros sets ante su compatriota Laslo Djere y acabó remontando el partido tirando de épica. Y la reacción de la tercera manga fue ilusionante con tres 'break' para Djokovic y un set en el bolsillo por la vía rápida cuando peor pintaban las cosas. Pero todo se iba a decidir en el cuarto, en una pelea magnífica, con ambos intercambiando derechazos mientras el público del Arthur Ashe disfrutaba del show.
Pero en el momento clave de la noche, con el 2-2, un juego larguísimo de Djokovic al saque, Popyrin se inventó un impresionante golpe de derecha para conseguir el 'break', y hasta ahí llegó la historia del mejor jugador de siempre en esta edición del gran torneo yankee. Porque poco más duró la resistencia del balcánico, que nada pudo hacer ante un Popyrin que metió la directa para cerrar un triunfo gigantesco y dejar vacío y en busca de heredero un trono al que ya aspira con todas las de la ley.