Aunque es el número 1 del mundo y el mejor tenista de la historia, como reflejan sus 24 Grand Slams, Novak Djokovic no pasa por su mejor momento, y a sus casi 37 años -los cumple el 22 de este mes- necesita un cambio, o realmente varios, y los está haciendo. Tras caer en semifinales del Open de Australia ante Jannik Sinner, 'Nole' hizo un parón, y no fue hasta Indian Wells cuando volvió, solo que en el desierto de Coachella sufrió una de las derrotas más sorprendentes de su vida ante el joven italiano Luca Nardi. Tras eso se 'bajó' de Miami, pero no solo eso, si no que tomó la decisión de separarse de su entrenador Goran Ivanisevic.
A las órdenes del ex doblista Nenad Zimonjic volvió en el torneo de Montecarlo, donde cedió ante Casper Ruud en semifinales y tomó la drástica decisión de no disputar el Mutua Madrid Open, por lo que antes de defender su corona de Roland Garros solo jugará en Roma. Pero al Foro Itálico no acudirá con su staff habitual, ya que a su cambio de entrenador le ha sumado otro. Se ha despedido de su preparador físico de toda su vida, el italiano Marco Panichi. El transalpino será sustituido, según apuntan medios serbios, por un ex colaborador suyo, Gebhard Phil-Gritsch.
Esta es solo el remate final de los cambios que lleva haciendo en esta última etapa de su carrera, donde no solo ha cambiado la forma de gestionarse a sí mismo y su calendario, ya que cada vez juega menos torneos y más selectos, si no que también ha variado su círculo más cercano. Todo se inició con la separación del entrenador de su vida, Marian Vadja, quién le acompañó desde su inicios, y a veces solo y otras acompañado - como con Ivanisevic-, siempre estuvo ahí. Pero en este tiempo también tiene nuevos jefe de prensa, fisioterapeuta, agente y otros puestos importantes en su grupo de colaboradores más cercanos.
Todo esto para ver a un nuevo Novak que tendrá desde la semana que viene la responsabilidad de hacer frente a la nueva hornada de tenistas que parece que de una vez por todas han derribado la puerta, y los Alcaraz, Sinner, Ruud y compañía son una realidad que viene a coger el relevo del de Belgrado, Nadal y Federer, que han dado muchos años de gloria al tenis, pero ahora solo queda el balcánico entre la más absoluta élite, y por lo que se ve, en cualquier momento puede llegar su declive, aunque esté poniendo todos los medios para retrasarlo lo máximo posible.