Serbio, joven, con golpes increíbles y como una regadera. Si nos vamos dieciocho años atrás esa sería la definición de un imberbe Novak Djokovic que irrumpió en el circuito ATP para empezar a conquistar grandes triunfos, aunque en las grandes citas siempre le fallaba la mentalidad y alternaba victorias increíbles con derrotas inverosímiles, hasta que un día hizo click y acabó convertido en lo que es hizo, el mejor tenista de la historia. No es que Hadad Medjedovic vaya a hacer lo mismo, pero con actuaciones como la de hoy ante Daniil Medvedev se puede soñar con que lo repita, y es el que el joven de 20 tiene muchas cosas de las que tenía a esa edad su compatriota.
Y es el que el ruso, campeón en 2023, acabó imponiendo la lógica, pero necesitó de un maratón de casi tres horas para acabar cerrando el partido por 7-6, 2-6 y 7-5 para alcanzar los octavos de final del Masters 1.000 de Roma. Daniil tuvo que exigirse para sacar adelante un partido trampa ante el actual campeón de la 'NextGen', número 121 pero con un currículum impoluto en su camino a la tercera ronda, en la que cedió un solo set hasta este duelo, con victorias de gran nivel, como la que consiguió ante Davidovich.
En el primer set ambos se abrazaron a la guerra, y a base de grandes golpes acompañados de pura inconstancia se llegó al desempate. Eso sí, el número 4 del mundo consiguió quebrar dos veces el servicio del joven, pero no confirmó ninguna. Aunque en el 'tiebreak' cerró el set. Pero fue un espejismo, porque el moscovita fue un títere en poder del serbio en el segundo. Le rompió dos veces, pero tuvo otras seis bolas de rotura en otros dos juegos que podrían haber mucho más sangre, aunque Medjedovic alcanzó su objetivo y alargó el duelo a una tercera manga en la que Medvedev volvió a ser Medvedev.
Recuperó el nivel perdido y rozó un 'break' en el primer servicio de su rival, al que acabó rompiendo en el cuarto juego para colocarse 4-1 tras su saque.Parecía hecho, pero se recompuso de nuevo la joven promesa de 20 años, que con un 'break' consiguió recortar distancia. Nadó para morir en la orilla, porque el ruso volvió a acelerar en el último juego y puso el 7-5 final que le permitirá medirse al estadounidense Tommy Paul en los octavos de final, en los que luchará por mantenerse vivo en la defensa de su corona.