Nick Kyrgios es sin duda el tenista más polémico del circuito de ATP. Sus salidas de tono y malos actos dentro de la pista han estado siempre presentes a lo largo de su carrera, algo que ha lastrado su gran talento con la raqueta. El australiano, que no pudo disputar el Grand Slam de su país por una lesión en la rodilla, es noticia porque este viernes se declaró culpable de agredir a su exnovia, en un incidente que ocurrió en enero de 2021.
Fue hace algo más de dos años cuando el tenista tuvo una fuerte discusión con la que entonces era su pareja, Chiara Passari, la cual terminó con una agresión de Kyrgios a la joven. El caso ha sido juzgado ahora, aunque el Tribunal de Magistrados de Canberra no decretó ninguna condena, pese a que el australiano se declaró culpable.
Beth Campbell, jueza del Tribunal de Magistrados del Territorio de la Capital Australiana, ordenó también que no se registrase el caso en los antecedentes del tenista, quedando este libre de cargos.
"Respeto el fallo de hoy y agradezco al tribunal que desestime los cargos. No estaba en un buen lugar cuando esto ocurrió y reaccioné a una situación difícil de una manera de la que me arrepiento profundamente. Sé que no estuve bien y sinceramente pido disculpas por el dolor causado", dijo Nick Kyrgios, que acudió en muletas al juzgado, en un comunicado.
La relación de la pareja siempre fue tumultuosa. Passari llegó a hacer públicas conversaciones entre ambos para "mostrar el horrible ser humano que es". En una de esas conversaciones, la joven afirmó que "no me olvidaré cuando me dejó tirada a las 4 de la mañana en mitad de Nueva York y se llevó mi cartera y móvil", un relato ocurrido en enero de 2021 y que desencadenó el juicio.
La documentación judicial indica que Passari intentó impedir que Kyrgios abriera la puerta de un taxi, hasta que el tenista la empujó, provocando que la joven cayera y se hiriera la rodilla y el hombro. Según la 'BBC', esa discusión se originó porque Kyrgios la echó de casa y Passari se negó.
Un acto de estupidez y frustración", terminó sentenciando la jueza del caso, Jane Campbell.
El tenista argumentó tener problemas de salud mental antes de declararse culpable, pero la jueza lo desestimó. Pese a ello, el australiano insistió en un comunicado en que los problemas de salud mental que sufrió fueron ''duros'' y ''abrumadores''.