No ha pasado aún ni el primer mes de la temporada tenística y ya tenemos la gran campanada del año en la WTA. Madison Keys se ha hecho con el Open de Australia tras un partido durísimo ante la gran favorita y ganadora de las dos últimas ediciones, Aryna Sabalenka. La bielorrusa tenía en su mano ser la primera mujer en ganar tres ediciones seguidas del torneo 'aussie' desde hace 28 años, pero no ha podido ser, porque se ha cruzado en su camino la jugadora más en forma de estar semanas, la estadounidense, que venía de ganar en Adelaida y ha usado ese auge para conquistar Melbourne.
Tras las semifinales podíamos esperar un partido emocionante, pero en el que si Sabalenka era capaz de igualar el nivel mostrado ante Paula Badosa iba a a haber poco juego. Así lo pensaba también el 'win predictor', que daba un 78% de posibilidades a la de Minsk, pero desde el principio quedó claro que no iba a ser tan fácil. Y es que ya en el primer juego cedió su saque, en un mal augurio que fue a más. La potentísima jugadora no era capaz de sacar sus golpes y dominar en base a la potencia, todo lo contrario que una Keys inconmensurable.
La de Rock Island estaba por segunda vez en su carrera en esta instancia y tras caer en el US Open 2017 esta vez no lo iba a desaprovechar. Muy pronto consiguió ponerse con una ventaja interesante de dos roturas, que a la postre sería definitiva para cerrar la manga por 6 a 2. Derechazos, saques potentes y en sí mismo un juego sumamente directo que no dejó entrar en ritmo a su rival, que esta vez veía como le daban de su propio medicina.
El segundo parcial fue todo lo contrario, y es que Sabalenka demostró que este es su 'jardín' y muy pronto consiguió una rotura que luego fueron dos. Y lo hizo de forma atípica, controlando el juego con cambios de ritmo y alturas, una estrategia diferente, pero que le sirvió. No estaba eso sí muy cómoda metiendo bolas, sufriendo para conectar con la derecha y el revés y sin precisión en las bolas potentes. Acabó cerrando el set por 6 a 3 para llevar todo al tercer parcial.
Y en el decisivo llegó el momento clave. Las dos tenistas comenzaron a asegurar un saque tras otro, con mejores golpes que en otro el partido y sin conceder siquiera bolas de break. Sabalenka se acercaba en algunos juegos, pero no terminaba de doblegar a una Keys que estaba cada vez más cómoda y fue subiendo su nivel a medida que avanzaban los minutos. Al final el momento cumbre fue el undécimo juego, cuando la número 1 del mundo sacaba para forzar el 'tiebreak', pero no pudo ser. No fue a la primera, pero a la segunda Madison Keys no falló, para conquistar el primer grande de su carrera.