Las últimas semanas de Jannik Sinner no han sido ni mucho menos fáciles, y eso que consiguió un triunfo de mucho mérito en el Masters 1000 de Cincinnati, sin embargo, apenas unas horas después de conquistarlo salió a la luz algo que llevaba meses a la sombra, que había dado positivo en un control antidoping en Indian Wells. Desde ese momento se centró en defenderse públicamente y en explicar el por qué había sido absuelto. Y aunque el sentir común es que es inocente y se trató de un error de su fisio, la tensión que ha vivido ha sido muy grande, y eso le ha pesado en su debut en el US Open.
El italiano arrancó obligado a remontar ante el estadounidense Mackenzie McDonald, 140 del mundo, que se llevó el primer set y puso contra las cuardas al número uno del mundo. Pero Sinner acabó imponiéndose por 2-6, 6-2, 6-1 y 6-2 en dos horas y 24 minutos y en el siguiente cruce se enfrentará a otro estadounidense: el joven de 20 años Alex Michelsen, 49 de la ATP. Había cierta expectación en Flushing Meadows por ver cómo sería el recibimiento a Sinner después de que se conociera que el positivo y su posterior inocencia, pero el Arthur Ashe Stadium, la pista de tenis más grande del mundo, le recibió este martes con una ovación cuando salió por el pasillo hacia las 14.30 de la tarde, aunque hubiera una entrada discreta muy lejos del espectacular ambiente de las sesiones nocturnas.
El de San Cándido arrancó fatal, perdiendo su primer servicio hasta entregar el set inicial por 2-6 ante McDonald. Era una sombra de sí mismo, y se le notaba en la cara, incapaz de hacer frente a lo cambios de alturas y el acierto de su rival, que cuajaba un tenis excelso. Sin embargo, fue un espejismo, pues el transalpino supo recuperarse y acabó ganando las tres mangas siguientes sin mayores problemas.
Y a pie de pista y nada más ganar lo reconoció: "no empecé de la mejor manera". Además subrayó que el primer partido de un torneo nunca es fácil y que intentó "mantenerse mentalmente" y "entrar en ritmo" poco a poco. Por lo pronto, el italiano celebró el primer triunfo de su carrera en el Arthur Ashe Stadium. Y lo disfrutó. "Significa mucho para mí. El apoyo aquí siempre es increíble". Pero ahora empieza lo serio, y es que Sinner, que podría cruzarse con Carlos Alcaraz en semifinales y que no se enfrentaría con Novak Djokovic hasta la final, busca en el evento neoyorquino su segundo 'grande' tras inaugurar este año su vitrina de 'grand slam' con su victoria en el Open de Australia.