Jannick Sinner rozó la machada en las semifinales del Master 1.000 de Montecarlo ante el tenista que mejor se le ha dado este torneo en los últimos años, el griego Stefanos Tsitsipas. El número dos del mundo logró remontar un partido que se le había puesto muy cuesta arriba y llevar ventaja casi todo el tercer set, pero unos problemas musculares dieron vida a su rival y le permitieron darle la vuelta al último set y meterse de nuevo en la final, en la que ya espera al ganador del Djokovic-Ruud.
Pese a que Sinner sólo había perdido un partido en toda la temporada -en Indian Wells ante Carlos Alcaraz-, un renacido Tsitsipas aparecía como favorito en la previa. El tenista heleno parecía haber vuelto por sus fueron en una temporada nefasta hasta la fecha y, con demostraciones de poderío ante Zverev y Khachanov, había recordado al que en años anteriores llegó a finales de torneos del Grand Slam y a ser el número tres del mundo.
Esa supuesta superioridad en tierra batida la demostró desde los primeros juegos, en los que se mostró más seguro en los intercambios desde el fondo que un Sinner que tenía que arriesgar mucho para sacar adelante su saque. Lo logró de milagro en el primero juego y no pudo hacer lo propio en el tercero. No le hizo falta para apuntarse el primer set a un Tsitsipas que ganaba e l suyo con mucha facilidad.
Todo cambió a partir de la segunda manga. Un 'break' del italiano nada más empezar situó el marcador en un 3-0 que le dio confianza, al tiempo que mermaba en la de Tsitsipas. Sinner crecía conforme pasaban los juegos, amparado en una velocidad y resistencia físicas que le hacían estar en todos lados. Y salvar, a lo largo del partido, hasta 12 de las 15 bolas de 'break' que tuvo su rival.
No sólo le serviría para apuntarse la segunda manga, sino también para mantener la inercia en la tercera y tomar rápidamente ventaja (3-1 y 4-2) que hacían presagiar otro triunfo más del incontestable número uno de 2024.
Sin embargo, el esfuerzo le pasó factura. Sinner empezó a tener problemas musculares y pidió la asistencia del fisioterapeuta. Con 4-3 fue atendido, pero Tsitsipas sabía que era su oportunidad y no la desaprovechó. En un largo juego logró romper el servicio de Sinner y equilibrar el partido. Para, a continuación, apuntarse el suyo y restar para ganar el encuentro. Aunque Sinner parecía estar recuperado, la lesión debió producirle dudas, porque Tsitsipas le pasó por encima en los tres últimos juegos y acabó apuntándose el partido al resto por 6-4, 3-6 y 6-4 en dos horas y 39 minutos.
Stefanos Tsitsipas jugará la final en el Principado de Mónaco y tratara de ganar este domingo su tercer título de Montecarlo, un torneo que ya conquistó en 2021 y 2022.