"Goran y yo decidimos dejar de trabajar juntos hace unos días. Nuestra química en la pista tuvo sus altibajos, pero nuestra amistad siempre fue sólida como una roca. (...) Gracias por todo amigo. Te quiero”. Novak Djokovic anunciaba con esas palabras su ruptura con Goran Ivanisevic tras cinco años juntos. Ya se veía venir tras algún encontronazo en Australia y los malos resultados del tenista serbio no hicieron sino confirmar el desenlace.
En la temporada de tierra que, para Djokovic, comienza la próxima semana en Montecarlo, su capitán de Copa Davis, Nenad Zimonjic, ejercerá de entrenador o, al menos, ayudará a su amigo en este tramo de la temporada.
Faltaba saber la visión de Ivanisevic y el extenista croata la ha dejado clara en una entrevista con Sportklub, en la que ha calificado de "un gran honor, una gran responsabilidad y una experiencia emocionante" haber podido trabajar durante un lustro con el número uno del mundo. Ivanisevic admite que ha sido complicada por todo lo vivido en estos años, desde el Coronavirus hasta la expulsión de Australia o la descalificación del US Open de Djokovic, pero también ha vivido en primera persona cómo el aún número uno se convertía en el tenista con más Grand Slam de la historia y sobrepasaba a Nadal y a Federer.
Ivanisevic deja claro que la relación ha acabado bien pese a todo. "No existe una razón concreta -de la separación-, pero hay que reconocer que ambos tenemos una sensación de fatiga y saturación. (...) Llegamos a un punto de saturación en el que yo me cansé de él y él se cansó de mí. Y yo tenía la sensación de que no podía serle útil ya", afirma un Ivanisevic, que veía venir este momento. "Me di cuenta de que estábamos llegando a ese punto por primera vez el año pasado, en Estados Unidos. Aunque la derrota en la final de Wimbledon nos afectó muchísimo, especialmente a mí, luego ganó a Alcaraz aquel memorable en Cincinnati... Yo ya sabía que nuestro final estaba cerca y quizá debimos haberlo dejado después del US Open, pero me operé de la rodilla y lo dejamos correr", reconoce el croata.
"Habitualmente he leído que la gente consideraba inadmisible cómo nos comunicábamos cuando él estaba en la pista", señala el excampeón de Wimbledon en referencia a los enfrentamientos que tenían entre ellos. "Lo cierto es que él gritaba mucho preguntándonos cómo podía mejorar, se sacaba así la tensión... En la final de Adelaida nos increpaba todo el rato cuando iba perdiendo con Korda y Carlos Gómez-Herrera le dijo que encontrara su paz interior. Nos miró enfadado y dijo que no sabría a quién matar antes de los tres. Encontró la manera de remontar y nos partimos de risa en el vestuario recordando ese momento", cuenta el ya extécnico del número uno.
Ivanisevic es una de las personas que mejor conoce a Djokovic y, por eso, entiende que Zimonjic es la mejor persona que le puede ayudar. "No sé por cuánto tiempo más Novak planea seguir jugando, pero la persona perfecta está con él en este momento: Ziki (Nenad Zimonjic). Novak ya lo sabe todo, pero será reconfortante para él escuchar lo mismo de otra persona, con un enfoque diferente. Ziki conoce muy bien la mentalidad de Novak, porque colaboraron también en la Copa Davis", afirma, antes de señalar una teoría: "Un hombre de los Balcanes puede entrenar a cualquiera, pero sólo alguien de esta nuestra región puede entrenar a un jugador de los Balcanes", avisa.
El extenista croata también habló de sus derrotas recientes, ante Sinner y Nardi. Y, especialmente a la primera, no encuentra explicación. "No sé qué le ocurrió ante Jannik -Sinner-. No fue él mismo y, cuando no rindes al 100 % ante un jugador como Sinner, estás perdido. Podría haber terminado en paliza, pero logró ganar el tercer set. No se encontró bien del todo durante el torneo, pero es tan bueno que podría ganar a jugadores notables con una pierna. (...) Ante Nardi, el primer set que jugó fue el peor que le he visto en estos cinco años. No estaba listo para esa pelea", afirma un Ivanisevic que espera "de corazón, que gane el oro olímpico", el gran reto de Djokovic esta temporada.