Sara Sorribes es la única representante española que aún continúa en liza en Roland Garros. Las bajas de Paula Badosa, por lesión, y de Garbiñe Muguruza, que lleva sin jugar muchos meses, la dejaban como cabeza visible de nuestro tenis y la de Castellón ha respondido con creces. Sara es en este momento la 132 del ranking WTA y ha conseguido alcanzar los octavos de final de un Grand Slam por primera vez en su vida. Además, jugará los cuartos en dobles tras la eliminación de sus rivales por golpear a un recogepelotas.
"Yo soy así, no me voy a crear demasiadas ilusiones. Es cierto que el tenis te lleva a que te vayas muy lejos, pero yo me considero una hormiguita y voy a intentar llevarlo de esa manera, a mí me ayuda mucho", afirmó tras saber que pasaría a cuarta ronda tras la baja de Rybakina. Una noticia que le pilló de sorpresa y le hizo mostrar la importancia de lo que va a suceder mañana: "Lo primero que he hecho es llorar. Y he dicho: 'no me lo creo', aunque no es la mejor manera de clasificarse", confirmó.
Mañana la "hormiguita" Sara Sorribes, que cumplirá 27 años en octubre, tendrá la posibilidad de mejorar aún más su historia. Ya está en la segunda semana de un Grand Slam, pero peleará con la brasileña Beatriz Haddad Maia, 14ª cabeza de serie del torneo, por estar en los cuartos de final. Está viviendo un sueño Sorribes, pero aún no quiere despertar. Entre las 16 mejores en Roland Garros en individuales y entre las ocho mejores parejas en dobles. Sin duda está reescribiendo su historia, aunque la suerte se haya alineado con ella, y está ante la mejor semana de su carrera deportiva.
El premio al esfuerzo es el que está recogiendo Sara Sorribes en las pistas francesas. Con Marie Bouzková como pareja, intentará ahora alcanzar las semifinales, aunque su prioridad es el cuadro individual: "El doble me ayudará a mantener el ritmo de competición, a mejorar mientras compito y no pierdo esa tensión, que podía perder con tres días sin competir", comentó la española. No olvidemos que al no jugar ante Rybakina iba a estar demasiados días sin jugar, incluso el partido de dobles no lo ha llegado a concluir. Un hecho que te puede pasar factura en un grande, aunque Roland Garros parece de su parte y quién sabe si la "hormiguita" española consigue aún cotas mayores en las pistas francesas, por trabajo, desde luego, no va a ser.