"Hay un cúmulo de circunstancias que hace que todo vaya muy rápido, que sea difícil ir en control del partido porque no tengo los automatismos de cuando uno está en competición. Esta pista es más rápida de lo que estamos acostumbrados en el circuito y no tenía la agilidad mental para gestionar bien ciertos momentos del partido. He tenido partidos más estresantes que este, pero este puede ser mi último encuentro y eso, emocionalmente, había que saber gestionarlo también. No quiero ser duro conmigo mismo. No me ha dado para más", analizaba este martes Rafa Nadal nada más acabar su partido ante Botic van de Zandschulp.
No era una queja, ya que Rafa Nadal asumía que no había logrado estar emocionalmente a la altura de lo que ofrecía el que podía ser -y fue- el último encuentro de su carrera. Pero sí dejaba claro que la pista de estas finales de la Copa Davis 2024, pese a jugarse en España, iba totalmente en contra de los intereses del equipo español.
Rafa Nadal nunca ha estado cómodo jugando bajo techo. De hecho, París-Bercy es de los pocos Masters 1.000 que se le atragantan y siempre tuvo ese hándicap en los Masters Cup -hoy ATP Finals-, que no pudo alzar en su carrera. Tampoco pudo ganar en Cincinnati, otro de los torneos que, pese a jugarse al aire libre, cuenta con una de las pistas más rápidas del circuito.
La pista de Málaga parece hecha para los 'especialistas' en estas condiciones y, a día de hoy, parece que Jannik Sinner es el mejor. No sólo es el número uno del mundo, sino que también es el que se adapta mejor a esas condiciones.
Según un estudio que revelaba Marca, la ITF ha montado una pista en Málaga que sólo es superada en velocidad por dos de los torneos antes mencionados, París-Bercy y Cincinnati. Eso lastra a jugadores como Nadal, pero también a un Carlos Alcaraz que, aunque ha demostrado jugar a un gran nivel en pista rápida, baja su rendimiento bajo techo. De hecho, incluso, esos 'especialistas' en pistas rápidas reconocían que lo que se ha montado en Málaga sobrepasa lo que esperaban.
Pese a ello, Alcaraz logró sacar adelante el martes su encuentro ante Tallon Griekspoor, pero Rafa Nadal no pudo hacer lo propio ante un sacador como Botic van de Zandschulp, al que la rapidez de la superficie y las condiciones del Martín Carpena igualaron la teórica inferioridad con respecto al tenista balear.
"Estoy triste por todo, por cómo fue, por perder la eliminatoria. No era el escenario que queríamos. Éramos favoritos, pero no lo demostramos. La despedida de alguien tan importante como Rafa quedó descafeinada", se lamentaba David Ferrer, capitán del equipo español, quien vivió con tristeza el peor adiós de su amigo. Aunque no quiso poner el foco en la Federación Internacional (ITF), se marchó con la sensación de que España había sido la gran perjudicada en su propia casa y el gran ídolo no tuvo el final que quería.