El tenista español Carlos Alcaraz, número dos del mundo, ya está en la final del Abierto de Río de Janeiro para intentar revalidar uno de los títulos conquistados el año pasado. Eso sí, el murciano ha tenido que sufrir para hacerlo. En un partido que duró dos horas y 42 minutos, venció por 6-7 (2), 7-5 y 6-0 al chileno Nicolás Jarry. Y su rival por el trono brasileño será el británico Cameron Norrie, a quien ya venció el domingo pasado en la final del Abierto de Argentina.
Para vencer a Jarry (111 ATP) sufrió y de qué manera. Además de la derrota en la primera manga, necesitó de un masaje en la segunda, que lo puso de regreso rumbo al título. El español, que volvió al circuito la semana pasada tras cuatro meses parado por lesión y que ya acumula un título y una final, nunca se había medido al chileno y sintió en su piel el tenis agresivo del sudamericano de 1,98 metros.
Jarry, por su parte, disputó en Río su primera semifinal de un torneo ATP desde 2019 debido a que demoró varios meses en regresar al circuito principal tras la suspensión de once meses por dopaje que le fue impuesta en enero de 2020.
Tras el partido, Carlos Alcaraz atendió a los medios de comunicación y cómo no, le preguntaron por ese número uno que tanto desea volver a alcanzar: "No pienso en ser el relevo de nadie ni en ser el jugador que la gente quiere ver después del Big 3. Simplemente quiero ser quien soy y seguir haciendo lo que vengo haciendo, que es transmitir felicidad al tenis, que es mi manera de ser y no la voy a cambiar".
Consciente de la gran ilusión que está despertando no solo en el tenis español, el murciano tiró de humildad y sencillez para responder: "No sé si estoy preparado o no (para asumir como nuevo ídolo mundial). Yo simplemente voy a los torneos a transmitir buena vibra. Creo que transmito eso por mi manera de ser, por mi manera de jugar. Creo que la gente quiere ver eso en la pista de tenis: alegría y golpes increíbles. Y esa es mi manera de jugar".
Y en la final del Abierto de Río de Janeiro no habrá final española por muy poco. En la otra semifinal, Cameron Norrie también tuvo que emplearse a fondo para derrotar al también español Bernabé Zapata (63 ATP). De hecho, el partido se decidió en un tie-break final tras dos primeras mangas que acabaron en 6-2 y 3-6. Ya en la última y tras 2 horas y 29 minutos de partido, el británico se impuso por 7-6 (3).