Novak Djokovic no es de los que se achanta ante un público adverso. Incluso ha habido ocasiones en los que ha rozado la descalificación, aunque la mayoría se ha quedado en provocaciones que han enfadado a la grada y para nada le han descentrado. Sin ir más lejos, se pudo ver en los enfrentamientos ante Jannik Sinner la pasada semana en las ATP Finals de Turín y ahora ha vuelto a suceder en Málaga en las Finales de la Copa Davis 2023.
El número uno del mundo superaba anoche al británico Cameron Norrie (6-4 y 6-4) y sentenciaba así para Serbia la eliminatoria de cuartos de final ante Gran Bretaña, reforzando el triunfo inicial de Kecmanovic y haciendo inservible el partido de dobles, que no se jugó. Ahora vuelve a citarse con Sinner, al que se enfrentará por tercera vez en once días, y con una Italia que es la que mejor equipo ha traído a la Costa del Sol.
La cuestión es que Djokovic venció con un pabellón repleto de británicos y en el que, lógicamente, hacían fuerza por sus jugadores. Parecía que fuera una eliminatoria de las de antes y que se estuviera jugando en el Reino Unido. No en vano, la colonia británica en Andalucía es muy numerosa y a ella se unieron los que se desplazaron desde las islas y desde otras partes de España.
Djokovic ganó, pero se enfrentó, una vez más, a la grada. Lo hizo en varias fases del partido y la imagen con ese gesto tan característico suyo del “no te oigo” señalándose a la oreja enervó aún más a los aficionados. El momento más tenso se vivió cuando el serbio hizo el punto de set (6-4) y se lo dedicó a un hincha inglés llevándose el dedo a la oreja y enviándole un beso. Hoy, la imagen del serbio era portada del cuadernillo de deportes de varios periódicos ingleses.
Incluso fue más allá y desde la misma pista, en las declaraciones posteriores al partido, increpó a los aficionados que seguían gritando. “Sí, sí, continuad. Tranquilos, que yo podré dormir esta noche. ¡Muestren un poco de respeto!”, indicó.
Novak Djokovic reiteró su mensaje posteriormente aunque antes, prefería centrarse en los suyos. “Ellos me dan la energía que necesito”, señalaba en la rueda de prensa posterior a su triunfo en las Finales de la Copa Davis.
“Fue una falta de respeto. En competiciones como la Davis los jugadores tenemos que estar preparados para eso, pero cuando lo escuchas en el momento, reaccionas. Solo quise mostrarles que no estaba de acuerdo con ese comportamiento”, señala un Djokovic que confirma que, pese a todo, no le afecta en absoluto. “La experiencia me ayuda a controlar mis nervios y la presión. Es un buen problema que tengo, me motiva la presión. Me fuerza a estar concentrado. Jugando para mi país es probablemente lo que más me motiva”, afirmó.