Cuando Novak Djokovic debuta en un Grand Slam siempre hay mucha expectación. Siendo el principal favorito a ganar el título el Open de Australia, primer major de 2024 que ya ha conseguido en hasta 10 ocasiones, el serbio cerraba la jornada del domingo ante un desconocido jugador checo de 18 años, Dino Prizmic, quien dio mucha más batalla de la esperada.
Lejos de arrasar, Nole necesitó cuatro horas y cedió un set ante el joven de la República Checa (6-2, 6-7(5), 6-3 y 6-3) en su estreno en el torneo oceánico. Con esta victoria son ya 29 consecutivas en Melbourne Park y ahora deberá luchar en la siguiente ronda contra el ganador del duelo de australianos entre el invitado Marc Polmas y Alexei Popyrin. Es obvio que Djokovic ya estará pensando en ello, pero no lo es menos que al terminar con Prizmic no ha podido sino admitir que le ha enamorado el tenis y fortaleza de su rival.
"Él merece cada uno de los aplausos. Es muy maduro en pista. Este es su momento. Podría haber ganado, tenía una rotura de ventaja en el tercer set. Me ha hecho correr para ganarme el dinero esta noche", comenta ante un público de la Rod Laver Arena con gran presencia de aficionados serbios y que supo reconocer el gran tenis desplegado por el número 178 del mundo.
Aunque a su hoy contrincante le queda mucho camino por recorrer para colocarse entre los mejores del mundo, Novak ya habla de él como un jugador a seguir, e incluso se moja diciendo que le gustaría colaborar en su formación. "Me gustaría algún día estar en su banquillo. Vamos a ver mucho de él en los próximos años", comentó el vigente campeón, que insistió tras la conclusión del choque con que el público de la posta central se volcara con el esfuerzo del joven que debutaba en un cuadro final de un Grand Slam.
Pensando en su propio tenis, el de Belgrado deberá de mejorar su juego si quiere aspirar a la que sería su undécima conquista en Melbourne y vigésimo quinto major, ya que sólo pudo ganar un 65 por ciento de los puntos disputados con su primer servicio. En cualquier caso, cree que no ha sido un mal comienzo, ya que el primer partido suele ser difícil al llegar algo falto de ritmo.
"He empezado bastante bien para tener 36 años. Tengo el doble que él. Me ha costado en muchos momentos, pero ha sido en gran parte porque él estaba jugando muy bien. He tenido una pretemporada muy corta y espero encontrar un mejor nivel el próximo partido", asegura.