La patata caliente ha ido a parar a las manos de David Ferrer. Rafa Nadal le ha pasado toda la responsabilidad de su último baile al capitán del combinado español para las Finales de la Copa Davis que se disputarán dentro de un mes en Málaga. Y, ahora, ya nadie puede confirmar que pueda haber un 'ultimo baile' del manacorí.
Así de claro fue el mensaje del tenista balear tras su participación en el Six Kings Slam, donde Carlos Alcaraz hizo evidente que se encuentra a años luz de Rafa: "Cuando he estado convencido de ello, lo he transmitido. La Copa Davis va a ser algo emocionante, sin duda, será mi último evento, además representando a mi país. Después, para que quede claro, yo voy a estar en el equipo porque mi capitán lo ha considerado así. Yo voy a intentar prepararme de la mejor manera posible, pero evidentemente, no voy a estar jugando mi partido si el capitán no me viera con más posibilidades que mi compañero. No porque me vaya a retirar tengo que jugar partido individual. Lo haré así si estoy mejor preparado que mis compañeros. Tengo la responsabilidad de representar España. Esto no es mi retirada, es la Copa Davis, que va muy por delante de mi despedida. Si no estoy preparado, no voy a asumir una cosa que no me toca".
Así, ahora le tocará lidiar a David Ferrer con la presión de todo el público, sobre todo, con algunos que han llegado a pagar miles de euros por ver sus últimos raquetazos. Y es que, desde que se anunciara de forma oficial su retirada, la reventa está funcionando a las mil maravillas al estar todas las localidades agotadas, llegándose a pagar desde 1.500 hasta los 34.500 euros por un billete para ver a España en la Copa Davis.
Antes de dicha cita y después de la despedida individual que le hizo Carlos Alcaraz en Riad, a Nadal le queda otro duelo muy especial, el que le enfrentará a Novak Djokovic en la lucha por el tercer y cuarto puesto en este torneo de exhibición que se está disputando en tierras saudíes.
No obstante, Rafa Nadal ha confesado que seguiremos viéndole por las pistas de tenis: "Es un tema muy simple, yo no estoy quemado ni cansado de mi deporte. Mi cuerpo no me responde como necesito para que me compense seguir haciendo lo que hago, pero yo soy feliz, me divierte jugar al tenis. No soy capaz de hacerlo de manera continuada al nivel y a los estándares que a mí me compensan y me motivan. Para llegar a esa conclusión he tenido que dejar pasar un tiempo y creo que era algo que yo necesitaba. Yo no me voy a retirar de algo que llevo haciendo toda mi vida y que me gusta hacer con la duda de esperar un poco más. Hoy estoy convencido de ello".