No está el tenis masculino en su mejor momento, y es que ahora, en el que tendría que ser sin duda alguno uno de los grandes momentos de la temporada con la disputa del segundo Grand Slam del año, Roland Garros, todos los grandes jugadores del circuito tienen algún problema. Jannik Sinner, el que ha sido probablemente el mejor tenista del año, que tiene problemas en una cadera, que le han obligado a bajarse del torneo de casa, Roma. Por otra lado el número 1 y actual campeón en París, Novak Djokovic, que parece que ya empieza a acusar la edad, como se vio en el Foro Itálico, donde le pasó por encima Tabilo.
Y luego está la duda de la presencia de Rafa Nadal, que aún no ha confirmado si va a luchar por su 15ª 'Copa de los Mosqueteros', pero tras la derrota que sufrió ante Hubert Hurkacz en Italia, y que se le vio muy lejos de su nivel, aunque él explicó que no está tan mal. Eso sí, fue muy claro, si va es para competir, y eso si que parece una quimera en este momento, por lo que muy optimista no se puede ser.
Aunque la gran esperanza española no es el manacorí, si no Carlos Alcaraz. El murciano, que acaba de cumplir 21 años, cayó en Madrid ante Andrey Rublev, y después confirmó que había sufrido una lesión en el antebrazo que tampoco le dejó estar en la capital transalpina. Pues bien, este lunes ha vuelto a entrenar en Murcia, después de 12 días sin tocar la raqueta, y las sensaciones son contradictorias.
Se le ha visto entrenar a buen ritmo, lógicamente tras el tiempo de parón no ha ido al 100% y ha sido más una de toma de contacto, toda vez que tiene por delante catorce días hasta su hipotético debut parisino, que sería el lunes 27 o el martes 28. Pero lo más preocupante ha sido algo que se ve a simple vista, y es que seguía con la malla compresora en el antebrazo derecho que ya lució en el Mutua Madrid Open. Él mismo explicó que era más por precaución, y que se sentía bien, aunque al final acabó recayendo incluso con ella. Ahora habrá que seguir atentos a sus movimientos para saber si tiene que usarla en la capital gala, o si por el contrario mejora tanto que ya no precisa de ella.