La historia del tenis español es extensa y profunda, está claro que dominada por un tótem superior como Rafa Nadal, que es si no el mejor, uno de los tres mejores de la historia, con 22 'Grand Slams', catorce de ellos en Roland Garros. Pero mientras la estrella manacorí se apagaba, desde Murcia ha emergido como una luz cegadora Carlos Alcaraz, quien pese a llevar varios años en la élite, solo tiene 21, y ya es poseedor de tres grandes, el US Open de 2022, Wimbledon en 2023, y claro está, el último Roland Garros, tras vencer a Alexander Zverev en la gran final del pasado domingo.
A una edad en la que los jugadores están terminando de formarse, el ya no solo es que esté en la élite, es que es el dominador de ella, junto a otro talento joven sin igual como Jannik Sinner. En el caso de ambos se puede decir que el cielo es el límite. Y una de las claves de Alcraz, tanto como jugador, como persona, es Juan Carlos Ferrero. El ex número 1 del mundo, y campeón de la 'Copa de los Mosqueteros' en 2003, ha perfilado su carrera desde los 15 años, y es el orfebre de semejante joya. Pero también es consciente del potencial de Carlitos, y sabe que necesita mejorar algunos aspectos claves.
Pese a como dominó en París, su técnico es consciente de que hay jugadores que pueden "plantar cara" al de El Palmar, y por eso buscan una mejora, que sobre todo tiene que ser a nivel mental, el punto débil de Charly, y que tiene que trabajar para mejorar, porque no es fácil hacerlo. "nos gustaría que a nivel mental tenga la estabilidad que para que pueda mantener ese nivel tan alto. Pero también es difícil mantener esa perfección cuando se juega a estos niveles, sabemos que es difícil, que vendrá con la madurez y hay que seguir buscándolo”.
Solo le queda el Open de Australia para conseguir el Grand Slam -los cuatro grandes-, y su técnico lo ve capaz, y claro que se lo plantea. "Hay que seguir mejorando, los Grand Slams son un objetivo, donde va a Carlos, se le tilda de favorito, y hay que conseguir que no le pese y puede hacer su tenis, que es maravilloso”. No obstante, no le pone límites a su pupilo. “Tiene 21 años, muchísimas cosas que mejorar, y en ello estamos". El alicantino reconoce que 'Charly' no ha llegado a su límite, "ni mucho menos”.