Comenzó Carlos Alcaraz con mucho miedo este Roland Garros por culpa de la lesión de su antebrazo derecho de la que tuvo que recuperarse a marchas forzadas para estar en París. Pero, ahora, el tenista murciano se encuentra ya totalmente suelto, dentro y fuera de la pista. O, al menos, eso demostró ayer cuando, tras imponerse al griego Stefanos Tsitsipas por tres sets a cero, abandonó la pista central.
El tenista español tiene un carácter muy diferente al de Rafa Nadal y, cada vez que puede, saca su mejor sonrisa a pasear y disfruta de los momentos más dulces de su carrera. Pero ayer fue un paso más. O mejor dicho, sacó sus pasos prohibidos a pasear.
Lo hizo bajando las escaleras de la pista Philippe Chatrier para celebrar que ya está en las semifinales del torneo, las mismas en las que el curso pasado cayó frente a Djokovic mermado por una lesión.
Se le ve con ilusión, confianza y mucha frescura a Carlos. Pero también prudente ante el próximo rival al que tendrá que superar si quiere estar en la gran final, Jannik Sinner: "Tengo muchas ganas de enfrentarme a él, va a ser una gran batalla y me encantaría tener ese cara a cara ganado. Ha ganado mucha regularidad este año, siempre muestra un nivel muy alto en pista. No hace nada mal, tiene un golpeo de pelota increíble, te lleva al límite constantemente y es muy difícil quitarle la iniciativa. Me encanta el desafío de medirme a él porque hace que cada día me levante con ganas de ser mejor jugador".
Por el momento, se han repartido cuatro victorias para cada uno el español y el italiano. Por eso, Alcaraz no se siente "favorito", pese a haberse convertido en el quinto más joven de toda la Era Open que logra 50 victorias entre todos los Grand Slam. Dicha lista la lidera Björn Borg. Y es el segundo del siglo XXI, sólo por detrás de Rafael Nadal.
Aunque el tenista griego Stefanos Tsitsipas se quejó de sus gritos y exagerados durante el partido, cuando terminó el mismo no dudó en elogiar al tenista español, a quien sólo le ha podido ganar un set en los últimos cinco enfrentamientos entre ambos: "Me sentía bien, estaba haciendo un gran tenis y llegaba con confianza. Estaba teniendo una gran tendencia al alza, con sensaciones que jamás había experimentado antes en este torneo. Estaba convencido de que, esta vez, podría hacer daño a Carlos, pero es que el niño es demasiado bueno. Solo puedo felicitarle por lo bien que juega. Le deseo todo lo mejor porque cada vez que nos enfrentamos, me muestra lo mucho que tengo que mejorar como tenista".