Y Carlos Alcaraz dijo basta. Tras un inicio de temporada inmaculado por parte de Jannik Sinner con 19 victorias consecutivas, el español remontó y ganó 1-6, 6-3 y 6-2 para volar a la final del Masters 1.000 de Indian Wells, en la cual se verá las caras con el ruso Daniil Medvedev, y retener además la segunda posición en el ránking mundial.
Superando las dudas del comienzo del curso, Alcaraz revalidó la victoria lograda el año pasado en esta misma ronda contra Sinner. Con una espectacular fuerza mental (se sobrepuso a un 1-6 en contra), el murciano obró un milagro para acabar cerrando un fantástico partido y regresar a una final por primera vez desde el pasado mes agosto, cuando cayó contra el serbio Novak Djokovic en el Masters 1.000 de Cincinnati.
El logro de Alcaraz es inmenso. No sólo ha ganado al tenista más en forma del circuito, sino que repetirá final en años consecutivos, algo que no se veía en Indian Wells desde hace seis años. El último en lograrlo fue el suizo Roger Federer. Ahora, Alcaraz tiene a su alcance una doble corona en el desierto californiano, donde lleva once victorias seguidas.
Olvidado el episodio de las abejas ante Alexander Zverev, en esta ocasión fue la lluvia la que atacó a Alcaraz (y a Sinner). El agua caída en la pista central del torneo californiano obligó a que el encuentro estuviese detenido durante casi tres horas. Para ese momento el italiano iba ganando 2-1 en el primer set y, tras la reanudación, simplemente barrió de la pista al número 2 del ranking ATP para cerrar la primera manga por 6-1 en tan solo 36 minutos.
Tal golpe hacía presagiar una noche dura para Carlos, pero si algo tiene el español es que da lo mejor de sí cuando peor se ponen las cosas. Así, supo reponerse y encarar el segundo set con lucidez y contundencia, limitando los errores no forzados y dando mucha variedad a su tenis para poner en apuros a Sinner. Le funcionó el cambio, se puso 3-1 arriba en el segundo y salvó las bolas de break que tuvo el transalpino con 4-2 y 5-3. Fue un ejercicio de tesón y resistencia, uno que se resolvió en una hora y 22 minutos por 6-3 para llevar el encuentro al set definitivo.
Dando muestras de una solidez envidiable, Sinner sólo había perdido uno de los últimos 23 sets disputados. Sin embargo, ahí estaba Alcaraz para hacer lo que parecía imposible. En el tercer juego rompió el saque de Sinner y después controló el juego hasta terminar completando la última manga con 6-2 a su favor. Sí, fue una victoria épica, una en la que el español demostró una vez más que tiene alma de campeón.