Carlos Alcaraz es el nuevo rey de Roland Garros

Carlos Alcaraz ha batido a Alexander Zverev en la final de Roland Garros en una auténtica batalla a cinco sets en la que ha logrado remontar, y ya forma parte de la historia tras convertirse en el jugador más joven en ganar un Grand Slam en las tres superficies

Carlos Alcaraz es el nuevo rey de Roland Garros
Carlos Alcaraz celebrando su triunfo en Roland Garros 2024 tras superar en la final a Alexander Zverev - @rolandgarros
Francisco SalasFrancisco Salas 6 min lectura

Carlos Alcaraz es campeón de Roland Garros. A sus 21 años recién cumplidos, el tenista murciano se ha convertido en el jugador más joven en ganar un Grand Slam en cada una de las superficies. Tras el US Open de 2022 y Wimbledon en 2023, este 2024 se ha hecho con la gran cita para el tenis español, Roland Garros. El que es casi con total seguridad el mejor deportista español del momento se convierte así en el décimo jugador nacional en alzar la Copa de los Mosqueteros. Y lo ha hecho como los grandes, imponiéndose a un dignísimo finalista como Alexander Zverev, que ha llegado a estar dos sets a uno, pero finalmente la magia de Carlitos ha aparecido cuando más falta le hacía para conquistar el triunfo, venciendo en una auténtica guerra de casi cuatro horas y veinte, por 6-3, 2-6, 5-7, 6-1 y 6-2.

A diferencia de contra Sinner -y casi todos los partidos-, Carlos empezó como un tiro, rompiendo el saque de un Zverev que estaba muy tenso, acusando si inexperiencia en estas instancias. Aunque los 21 años también pesan y ahora sí, Carlos se dejó el saque. 1 a 1 y vuelta a empezar. Consiguió ganar su saque el teutón, pero en ese momento empezó el huracán Carlitos. Sacó su mejor tenis, a base de golpes altos sobre la derecha de un Zverev que no encontraba su juego. Una rotura que se confirmó, y a partir de ahí el español aguantó el tipo hasta que se llevó el parcial con otra rotura.

Pero la segunda manga fue otra historia, y eso que no lo parecía tras el inicio. Ajustó cosas el teutón, que además se ayudó de una nueva desconexión de Carlos. Sumado a esto, Zverev estaba más atento, dominaba más los intercambios apoyado en un tremendo porcentaje de primeros servicios, un tormento para Alcaraz, que, en el filo de la navaja, empezó a fallar más. Así acabó el set con el murciano vapuleado y un nuevo partido al mejor de tres sets. En ese momento, el duelo tomó otra dimensión, donde el español parecía a la deriva, obligado a buscar un giro de guión que encontró. Incrementó la presión, varió el juego para hacer correr a su rival y logró meter una marcha más, para colocarse 5-2 y servicio a favor para hacerse con la tercera manga. Pero le tembló el pulso en el momento clave, otro despiste que le costó cinco juegos seguidos y el tercer set, lo que le puso contra las cuerdas, ya que la imagen que estaba mostrando era de estar superado.

Pero reacción fue inmediata. Alcaraz recuperó su potencia, sorprendió al alemán, que, cuando se quiso dar cuenta, había cedido cuatro juegos. El español fue atendido por el fisio, pero solo fue un susto pasajero. De hecho, el partido estaba abocado a ser la décima final de Roland Garros que se resolvía en cinco sets, el final perfecto para la batalla final de una guerra que Alcaraz venía luchando desde hace días, tras haber superado en semifinales a Sinner. Eso sí, a su favor tenía que de los once partidos que había jugado a cinco sets en toda su carrera, solo había perdido uno. Aunque su rival también tenía mucho que decir, porque Zverev se apuntó dos en este torneo y en total, diez de once en París. Pero no contaba con que el factor físico empezara a jugar su papel y el alemán había llegado a la final con 19 horas y media de tenis en las pistas, el máximo tiempo necesitado por un tenista para alcanzar la final desde que hay datos.

Y entre esa vorágine, todo estalló, Alcaraz rompió el servicio de Zverev en el tercer juego y aguantó hasta cuatro bolas del alemán para recuperarlo en el siguiente, cuando iba 40 a 0. De hecho, en una de ellas el juez de silla anuló una doble falta. Pero tras mantener el saque, 'Charly' entró en ebullición y llevó el partido en el terreno de la agonía. Al español le costaba defender su servicio, pero el alemán empezaba a sufrir. En ese momento, Alcaraz comenzó a liberar su brazo y a partir de ahí fue un gigante que conquistó la Philippe Chatrier a base de golpazos, dejadas y un arsenal que juego que le convierte en el nuevo rey de París.