La andadura en el Masters 1000 de Cincinnati ha terminado para Carlos Alcaraz. El gran tenista español se despide de esta competición, en la que era uno de los grandes favoritos, después de haberse subido al podio olímpico en París. En la ronda de 32 el murciano se enfrentaba al francés Gaël Monfils para clasificarse a los octavos. Sin embargo, y para sorpresa del público, no ha sido capaz de superar al número 46 del mundo. El francés pasa a la siguiente ronda gracias a un resultado final de 4-6, 7-6(5) y 6-4.
El partido ha iniciado con mucha igualdad entre ambos tenistas, y así ha sido hasta el final. El primer set comenzó con puntos y juegos a favor de cada tenista, en un encuentro muy parejo. Sin embargo, Alcaraz consiguió ponerse por delante y se llevó el primer set. En cambio, el segundo set iba a ser aún más complicado. El francés comenzaba a darle la vuelta al marcador mientras Carlitos no le daba oportunidad para alejarse. Fue necesario llegar al Tie Break para conocer al ganador del set. No obstante, este se lo llevó Monfils forzando un último set.
Este tercer y último set fue la perdición de Alcaraz, que cada vez estaba más cansado y más frustrado al ver que se le podía escapar una victoria en la que él había dado el primer paso. Y así fue, el francés se crecía mientras Carlos estaba cada vez más desconcentrado y nervioso, tanto que perdió los nervios y ha mostrado una actitud que nunca se le había visto, cargado de rabia y pagándolo con su raqueta. Al final, Monfils se impuso y se llevó la victoria y el pase a los octavos.
El murciano llegaba a esta cita después de conseguir una presea en su debut en los Juegos Olímpicos. Pese al gran mérito que tiene una plata olímpica, el tenista terminó este partido entre lágrimas después de haber estado a un paso del oro, que finalmente fue para Djokovic. Carlitos apenas ha tenido tiempo de descansar, y no sólo hablamos de una recuperación física. Quedarse tan cerca de ser campeón en París después de haber firmado un partido tan bueno tuvo que ser duro. Por ello necesita tiempo para asentarse y volver a competir totalmente centrado, aunque ha ofrecido un gran nivel. Pero este descanso es clave para que no se vuelvan a repetir escenas de desesperación y frustración como las que ha protagonizado hoy en la ciudad americana, cuando ha roto su raqueta a base de golpes.
Al fin y al cabo, la paliza que suponen unos Juegos Olímpicos tenía que pasar factura. El de El Palmar llegó a la final de la categoría individual a la vez que compitió en la modalidad de dobles masculino junto a Rafa Nadal. Carlitos jugó hasta dos partidos el mismo día con menos de 3 horas de descanso entre ellos. Este cansancio acumulado tenía que hacerse de notar en algún momento y este ha sido el día. A levantar cabeza y a pensar en las próximas competiciones, a las que llegará en un mejor estado de forma.