Carlos Alcaraz manda un aviso a Djokovic

El tenista español contesta al partidazo del serbio con otro soberbio encuentro ante el compatriota de éste, Miomir Kecmanovic, al que derrotó en octavos del Open de Australia por 6-4, 6-4 y 6-0; en cuartos espera Alexander Zverev

Carlos Alcaraz manda un aviso a Djokovic
CArlos Alcaraz celebra un punto en el Open de Australia. - Cordon Press
Antonio José MedinaAntonio José Medina 5 min lectura

Carlos Alcaraz no deja de sorprender y ya está en cuartos de final del Open de Australia 2024 tras derrotar al serbio Miomir Kecmanovic por 6-4, 6-4 y 6-0 en un partido en el que siempre tuvo la iniciativa y que fue igualado en los dos primeros sets antes de que el balcánico bajase los brazos. El español ya conoce su rival en esa fase. Será el esperado, Alexander Zverev, un duelo cuyo último precedente, en las ATP Finals, no le trae buen recuerdo al español. Pero si juega a este nivel...

Alcaraz hizo un partido, simplemente, perfecto. Con su servicio sólo concedió un 'deuce' y ninguna bola de ruptura. Y, al resto, presionó con su derecha cada vez que Kezmanovic bajó la guardia hasta lograr romperle su saque. El tenista murciano no se tomó un respiro ni siquiera cuando ya tenía el partido encarrilado y su rival había asumido su derrota, y eso le permitió cerrar el último set con un 6-0 que habla bien de él, pero no hace justicia con el buen tenis que Miomir desplegó.

El primer punto de partido, al resto, ya fue una declaración de intenciones. Alcaraz devolvió la pelota muy profunda y tomó la iniciativa hasta rendir a su rival y llevárselo. Fue sólo un aperitivo, porque ese juego se lo apuntó Kecmanovic, pero, como en todos los juegos siguientes con saque del serbio, tuvo ventaja el español en algún momento, metiendo una presión y creando una incertidumbre al balcánico que acabaron haciéndole mella.

Sobre todo porque el jugador murciano no tenía fisuras con el suyo y los pocos puntos que concedía eran más por errores propios que porque Kecmanovic hubiera podido tomar la iniciativa. Así, era cuestión de tiempo que llegara la ruptura. Ocurrió pronto, en el tercer juego y después de una jugada muy afortunada, pero también pudo llegar en el séptimo, cuando el español contó con una segunda bola de 'break'. Bastó la primera. Ni siquiera el buen nivel que Kecmanovic ofreció al final del set y con el paso de los juegos puso nervioso a un Alcaraz que se sentía superior.

Kezmanovic eleva el nivel y Alcaraz responde

No obstante, esa mejoría del serbio se pudo apreciar en el arranque del segundo set. En éste, Kecmanovic empezó a sacar mejor, a arriesgar más y empezó a enlazar servicios en los que no sufría. De hecho, enlazó dos juegos en blanco que le daban tranquilidad para intentar lo que parecía imposible, hacer dudar al español.

Alcaraz no lo hizo, siguió a lo suyo, con unos golpes de derecha que hacían estragos en Kezmanovic, quien siempre que podía trataba de encontrar el revés del español, que le hacía menos daño. Con esa igualdad, cualquier descuido parecía fatal. Lo tuvo el serbio. O, más bien, volvió a acelerar el español y, en el séptimo juego, rompió de nuevo para encarrilar el segundo set. Alcaraz ya se sentía imparable, pero Kecmanovic no se rendía... aún. El serbio salvó una primera bola de set del español con 5-3 y luchó por evitar el 2-0, que finalmente acabó cayendo del lado del rival.

Ahí dijo basta, dio mentalmente por hecho que ese muro ya no había forma de escalarlo y bajó en cierto modo los brazos. Sólo tuvo que bajar un poco el nivel para que Alcaraz le pasara por encima. El murciano no se relajó, rompió por dos veces antes del primer descanso de la última manga y cerró luego el partido con un rosco. Total, una hora y 49 minutos.

Espera ahora Zverev, con el recuerdo cercano de Turín, pero también con un Carlos Alcaraz que, al nivel que ha jugado ante Kecmanovic, no hay enemigo que se le resista.