Francisco Salas3 min lecturaEl Open de Australia está a la vuelta de la esquina, pues aunque ya está en marcha la fase previa, el fuego real da comienzo este domingo. Sin embargo, la diferencia horario y climática ha hecho que todos los grandes tenistas hayan optado por ir hacia allí con mucha antelación para que esto no suponga un problema para ellos. Algunos han jugado partidos oficiales, como Novak Djokovic o Alexander Zverev, mientras que otros simplemente están entrenando o jugando exhibiciones, como es el caso de Jannik Sinner o de Carlos Alcaraz, que ya está en el país 'aussie', donde se va a medir a Álex de Miñaur y Alexei Popyrin, pero antes ha disputado un set de entrenamiento en el que ha recibido una dolorosa derrota.
El jugador murciano llegó el domingo a Melbourne y ya el lunes entrenó en el recinto del primer grande del año, sin embargo, para este martes ha decidido subir la intensidad y no poco, ya que directamente ha saltado a los leones para enfrentarse al 'dueño' de esas pistas, Novak Djokovic. El serbio ha ganado diez veces el torneo y tras no poder pasar de semifinales en 2024 (eliminado por Sinner), busca volver a la cima. Aunque en Brisbane dio muestras de estar aún buscando el pico de forma, eso no le ha impedido jugar y ganar a un Alcaraz que aún necesita más rodaje.
Pese a estar en un momento duro, en el que se cumplen tres años de cuando fue deportado, 'Nole' ha superado por 7 a 5 a el de El Palmar, que eso sí, todavía está en fase de adaptación y claramente no ha dado todo de sí, aunque esta derrota es una muestra de que todavía le queda mucho trabajo para poder soñar con un título.
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De cara a 2025 y en pro de seguir sumando aspectos a su juego para mantener en la pugna por el ser el número 1, Carlitos ha sumado varios nuevos aspectos a su juego. Para empezar, el saque, pues desde ahora va a sacar sin hacer paradas, buscando acelerar el movimiento y ser aún más letal. Porque la potencia es lo que más le interesa, como denotan los cinco gramos de más que tendrá su Babolat, algo que le dará un extra de potencia y control de la bola, aunque eso sí, le va a obligar a mantenerse más fuerte para que se le hagan largos los partidos. Aunque como temporada, vuelve de 'vacaciones' como un toro.