Cambio inesperado hace una semana en el ranking ATP, pero previsible tras el último fracaso de Carlos Alcaraz en París. El alemán Alexander Zverev ganó al danés Holger Rune por 6-3 y 7-6 (4) y se situó en la final del Masters 1000 de París tal y como hiciera en 2020. Dicha victoria le ha hecho sobrepasar ya matemáticamente al tenista español en la clasificación y se ha convertido en nuevo número dos del mundo.
De esta forma, el tenista de Múnich llegará a las finales ATP de Turín con los privilegios que otorga las dos primeras posiciones, mientras que Alcaraz, ahora, podría toparse con Jannik Sinner en la fase de grupos del torneo de maestros.
Al margen de ello, Zverev disputará otra final de un Masters 1000. Será la primera final en pista dura en un torneo superior al 250 desde que ganó, precisamente, las finales ATP de 2021.
Alcanzó el germano su undécima final en un Masters 1000. Ganó esta temporada el de Roma, en tierra, en lo que es, por ahora, su único trofeo en 2024. Aspira al séptimo éxito de su carrera en un torneo de este nivel.
El alemán impuso otra vez su ley al danés, que aún no ha obtenido éxito alguno en este 2024. Zverev ya se impuso a Rune este curso, en oland Garros y después en Montreal. Rune, sin embargo, cuenta con el triunfo de Múnich en 2022.
Rune, ganador del último Masters 1000 del año hace dos cursos, su mayor éxito hasta ahora, se resistió a la derrota hasta el final. Logró evitar caer con 5-4 y el saque en poder de su rival. Rompió el danés y llevó el desenlace al 'tie break', en el que Zverev ya no falló y cerró el triunfo después de una hora y 47 minutos.
Alexander Zverev se enfrentará en la final al ganador de la otra semifinal, entre el francés Ugo Humbert, verdugo de Alcaraz, y el ruso Karen Khachanov.
Cabe recordar que Alcaraz ha conquistado este curso dos Grand Slams, Roland Garros y Wimbledon. Sin embargo, no ha tenido la misma suerte en los Masters 1000, pese a que comenzó de manera brillante en Indian Wells.
Sus últimas derrotas casi a las primeras de cambio le han terminado haciéndole perder la segunda plaza del ranking ATP en favor de un tenista alemán que, por contra, todavía no tiene en su palmarés ningún Grand Slam. Ahora, las ATP Finals se presentarán como una nueva oportunidad para el español de recuperar su número dos del mundo o, por el contrario, una amenaza para alejarse aún más de él.