Álvaro Palomo3 min lecturaQuizás resulte un poco atrevido asegurar que Carlos Alcaraz atraviesa por una crisis a tenor de lo que ha conseguido ya en 2023, con una colección de títulos gracias a sus triunfos en el circuito ATP en Buenos Aires, Indian Wells, Barcelona, Madrid y, por supuesto, en Wimbledon, donde se coronó sobre la hierba ras un épico partido con Djokovic.
No obstante, es cierto que desde el subidón en Londres, el tenista murciano arrastra una sequía de entorchados a pesar de ser uno de los principales favoritos en todos los torneos que participó desde entonces, como le ocurrió, por ejemplo, recientemente, en el Masters de Shanghái, en el que cayó en octavos de final contra el búlgaro Grigor Dmitrov después de haber sufrido en partidos anteriores. Al número 2 del mundo se le percibió impreciso sobre la pista, sin la confianza de antaño y se dejó arrollar por un rival que nunca le había ganado merced a un saque potente y escorado.
En este partido, Alcaraz se alejó de su mejor versión más allá de fogonazos brillantes sin continuidad y cometió más de 30 errores no forzados, lo que, en cierto modo, preocupa en su entorno y ya ha disparado las teorías en el mundo del tenis sobre lo que le estaría ocurriendo al de Murcia.
Entre las opiniones destaca, sin duda, la de la leyenda del deporte de la raqueta Mats Wilander, que sí que cree que Alcaraz atraviesa por un bache y explica el motivo, el cual no parece demasiado descabellado. Y es que cree que uno de los puntos fuertes del español es que siempre se ha divertido mucho jugando y que lo proyecta sobre la pista, lo que cree que ahora ha perdido.
"Una de las virtudes de Alcaraz es cómo se divierte en la cancha y muestra su sonrisa incluso en momentos complicados", señaló en declaraciones a Tennis 365 Wilander, que considera que ya no lo ve tan cómodo, especialmente después de haber triunfado sobre el verde. "Sin embargo, ha perdido eso, ya no se divierte, desde que ganó en Wimbledon. Se le ve mucho más tenso jugando", indicó el mítico tenista sueco, que fue número 1 del mundo durante 20 semanas y cuya teoría se pondrá a prueba en los próximos compromisos de Alcaraz hasta final de año en el ATP 500 de Basilea, el Masters 1000 de París-Bercy y las ATP Finals. Oportunidades para ofrecer de nuevo su mejor versión.