Roland Garros está a la vuelta de la esquina, y es que a partir de este domingo en las pistas parisinas va a estar en marcha el segundo Grand Slam de la temporada y por lo que significa para el tenis español, se puede decir que la gran cita anual de este deporte. Más aún este 2024, que apunta a que puede ser la despedida de Rafa Nadal de su pista fetiche, donde ha conseguido levantar catorce 'Copas de los Mosqueteros'. No obstante, pese a la presencia de Nadal, el gran aliciente nacional para la lucha por el triunfo es Carlos Alcaraz, que a sus 21 años busca su tercer grande, el primero en el Bosque de Bolonia, pero deberá sobreponerse a los problemas en su antebrazo.
Es una de las ediciones más igualadas que se recuerdan, ya que las lesiones han hecho que todos los grandes favoritos lleguen tocados. El ganador de 2022, Djokovic, no llega lesionado como tal, pero solo ha jugado Montecarlo y Roma, y mientras en el Principado estuvo lejos de su nivel, en la capital italiana cayó en tercera ronda después de un golpe en la cabeza que le lastró. Además, el número 2, Jannik Sinner, llega muy mal de la cadera. Esto abre mucho el abanico de candidatos, y los Ruud, Medvedev, Rublev, Zverev o Tisitsipas se relamen solo con pensar el la posibilidad de triunfar el 9 de junio.
Pero si hay alguien que va a tratar de evitarlo, ese es Alcaraz. El murciano no pudo tomar parte en Roma tras la lesión que se le reprodujo en Madrid y que ya le impidió participar en Montecarlo. Ese edema en el pronador redondo ha sido un quebradero de cabeza, pero precisamente la cabeza es la que más ha sufrido, porque como repitió varias veces en la Caja Mágica, pensaba demasiado en el músculo a la hora de golpear. Por esto, en su preparación para Roland Garros ha priorizado el 'entrenamiento' psicológico al tenístico. No han sido pocas las sesiones que ha tenido con su psicóloga, en buscar de llegar lo mejor posible al evento galo.
En lo que se refiere al tenis, no volvió a coger la raqueta hasta el 13 de mayo, y desde entonces ha ido poco a poco cogiendo el ritmo, y ahora, horas antes de poner rumbo a la prueba, está casi al 100%. Además, físicamente llega como un toro, ya que el tiempo que tardó en volver a la arcilla lo dedicó al gimnasio.