Es muy raro ver a Carlos Alcaraz alterado en una pista. Más allá de lo ocurrido en Cincinnati, cuando perdió los papeles y rompió la raqueta, el tenista español es un jugador que se ha contenido siempre. Al contrario, es reconocido por jugar alegre y tener una sonrisa, incluso, en los malos momentos.
Por eso ha extrañado cuando, en el partido ante el francés Perricard del ATP 500 de Pekín, ha estallado contra la juez de silla. El motivo estaba más que justificado. Le habían señalado dos 'warning' por, supuestamente, retrasarse al sacar y pasarse del tiempo máximo establecido. Y éstos había llegado en un momento muy delicado del partido, cuando trataba de levantar un 0-40 con su saque en el servicio que le serviría, a la postre, para ganar el primer set.
Tras la primera amonestación, Alcaraz fue muy claro: "No da tiempo a nada". Después de la segunda, ya no se contuvo. "No puedo jugar al tenis así... Esto no es tenis. ¿Esto qué es?", indicó el murciano. Ya sentado en la silla, más tranquilo tras ganar ese primer set, se le vio decir al árbitro. "Nunca me han puesto warning. Siempre intento sacar lo más rápido posible y en un set me pones dos. Así no se puede jugar al tenis", se ratificaba Alcaraz.
El tenista de El Palmar era preguntado por eso en la rueda de prensa posterior a su partido ante Perricard y él narraba cómo había sido la situación. "Me enfadó lo que pasó porque sentía que no tenía tiempo entre punto y punto, que tenía que correr y no podía tomarme tiempo para respirar o descansar. Cerré un punto en la red, que ese fue el caso, y no tuve tiempo de ir por la toalla y hacer mi rutina. Eso me enfadó", asegura el murciano, quien valoraba el momento en el que habían llegado. "Cuando salvé tres bolas de 'break' en ese 0-40 y pude llevarme finalmente el set, fue muy importante para mí, para comenzar el segundo con esa confianza. Luego, él cometió tres dobles faltas en el inicio del segundo set y eso me ayudó. Necesité estar muy concentrado en los siguientes juegos", añadía.
Carlos Alcaraz era consciente de que, ante un tenista así, que saca a 240 km/h y da poco ritmo, "cada juego al resto es muy duro". "Estoy muy contento con el nivel que he ofrecido hoy. No era un encuentro fácil y era complicado encontrar ritmo desde el fondo. Creo que hice lo que tenía que hacer, que era poner mucho resto dentro y meterle presión en sus juegos al saque. Me estaban llegando servicios a 230 o 240 en el primero y a 210 o 215 en el segundo set. No era nada fácil restar con la potencia que tiene. El plan era estar muy concentrado y no cometer fallos. He jugado buenos puntos desde el fondo cuando tuve la ocasión y, por eso, estoy muy feliz con mi nivel.
Independientemente de su enfado, Alcaraz volvía a lanzar elogios a un torneo en el que se siente "muy cómodo". "Es un gran torneo. Tenemos muchas facilidades. El gimnasio es muy bueno, el vestuario, la sala de jugadores... todo es genial para los tenistas. La gente es muy maja y siempre encuentran la manera de ayudarnos y hacernos sentir muy cómodos. Me gusta este torneo y me encanta jugar aquí", reconocía el español.