Carlos Alcaraz sucumbió en octavos del Masters de Shanghái por 5-7, 6-2 y 6-4 ante Grigor Dimitrov, 19º del mundo y que ofreció su mejor versión. El murciano, que se impuso en el primer set con sufrimiento, no encontró la forma de contrasrrestar el potente saque exterior del búlgaro y cometió un total de 31 errores no forzados por los 26 de su rival.
El Alcaraz de las grandes citas solo apareció a fogonazos, con alguna que otra acción brillante, pero con demasiadas lagunas en su propuesta. Se levantó una vez, pero después siempre fue a remolque de un Dimitrov con las ideas muy claras y una ejecución casi perfecta.
El primer set arrancó con igualdad, con Carlos Alcaraz más impreciso de lo normal, con errores, además, en sus mejores golpes, pero conservando su saque, hasta que en el quinto juego Dimitrov rompió el servicio merced a su atrevimiento y acierto.
Poco a poco, fue carburando el murciano hasta que recuperó el terreno perdido en el décimo. A partir de ahí, se vio al Alcaraz más contundente mientras que parecía que el búlgaro comenzaba a perder chiospa. Una nueva ruptura de servicio y 7-5 para Alcaraz, que, aparentemente había reaccionado.
Sin embargo, el segundo set resultó una debacle desde el principio, pues Dimitrov logró un break a las primeras de cambio y marcó el ritmo durante toda la manga, amparado en su potente saque y en la incapacidad de Alcaraz para otorgar continuidad a su juego. Una nuevo break decidió el set a favor de Dimitrov con un cómodo 6-2 en el que resultaron preocupantes las malas sensaciones del español.
Quedaba un set para resarcirse, pero lo cierto es que no nunca alcanzó su punto álgido y sí el búlgaro, implacable con sus servicios, siempre buscando el ángulo exterior. Todo empezó a torcerse en el tercer juego, con una deficiente subida a la red de Alcaraz que supuso el 1-2 para Dimitrov con turno de saque.
En el séptimo juego, el número 2 del mundo superó una situación complicada para seguir metido en el partido, pero lo cierto es que su rival no bajó el ritmo y le bastó con conservar su servicio para imponerse finalmente por 6-4 para un global de 5-7, 6-2 y 6-4, consumando la primera victoria de su carrera contra Alcaraz, no supo responder a su exhibición y se despide de Shanghái con un discreto papel. No siempre puede brillar una estrella.