No hay nadie ahora mismo en el circuito ATP que maneje los partidos a cinco sets mejor que Carlos Alcaraz, y es que el jugador español, reciente ganador de Roland Garros y defensor de la corona en Wimbledon, se ha agarrado a la pista en su tercer partido en el All England Club, para incluso en un día bastante malo, ha conseguido remontar a Francis Tiafoe, que estaba jugando uno de los mejores partidos de su vida y ha llegado a estar dos veces con un set de ventaja. Sin embargo, en el momento clave el murciano ha subido una marcha y no le ha dado opciones en el parcial definitivo.
Había sido un partido gris del español, sobre todo desde que se puso 4-2 y 30-0 arriba y acabó perdiendo el primer set; pero se recompuso en el segundo para ganarlo con superioridad y en el tercero pagó su exceso de 'show'. Perdió el saque y a la postre el set por confiarse con 3-3 y 15 iguales, con el partido más igualado imposible. En ese momento tiró una derecha a media pista cortada hacia el fondo. Un golpe de Roger Federer que se marchó un palmo fuera y le costó verse a un set malo, a un traspiés, de despedirse del All England Club.
Con el pasar de un cuarto set abismal, sin oportunidades de 'break', pero en el que Alcaraz tuvo que salvar un 0-30 y un 15-30, el desempate era una especie de lotería que desataría el destino de ambos jugadores. A un lado Tiafoe, con un juego brillante, muy por encima de lo que su lesión de rodilla producida hace dos semanas y su últimos meses de mediocridad hubieran hecho esperar. Al otro Alcaraz, consciente de que un error le mandaba a casa. Un jugador insustancial hubiera claudicado ante la presión que sentía como actual campeón.
Pero Alcaraz está hecho del material de las leyendas y golpeó tres veces. En el 3-0 inicial levantó un puño y se llevó una mano a la oreja, pidiendo ánimos a un público sorprendentemente más inclinado hacia el espectáculo del estadounidense. No quiso darle emoción. Sometió a Tiafoe en el 'tie break' y varió un partido que estaba muy negro, como el cielo de Londres, y comenzó a aclararse. Mientras fuera llovía, en la central, con el techo cerrado, rebotaban los golpes y gritos del español, demasiado encendido como para ya pensar en apagarlo.
Tiafoe, que empezó a cojear ligeramente cuando el marcador se puso en contra, desapareció en el quinto set. Vio desde la distancia cómo Alcaraz se adelantó con un doble 'break' y le ajustició con una dejada perfecta, que esta vez superó la red por un dedo y se durmió al lado de la línea. Tras casi cuatro horas, Alcaraz volvió a probar un sufrimiento que no experimentaba en hierba desde la final contra Djokovic. Y volvió a salir victorioso. Su rival en la siguiente ronda será el ganador del duelo entre Ugo Humbert y Brandon Nakashima, partido que se suspendió por lluvia con dos sets a uno de ventaja para el francés.