Antonio José Medina
"Juan Carlos -Ferrero- empezará el año en Australia, y luego yo haré Rotterdam y creo que Dubai. Luego irán a Indian Wells y Miami. Cuando empiece la temporada de tierra batida, tomaré el relevo, pero por ejemplo, en torneos como Barcelona o Madrid, probablemente compartiremos. Yo empiezo la gira americana, y Juan Carlos se une a mí en el US Open. En la gira asiática, nos repartiremos un par de torneos cada uno. Lo tengo todo más o menos planeado en mi cabeza". Así explicaba hace unas semanas Samuel López, exentrenador de Pablo Carreño y ahora integrado en el organigrama técnico de Carlos Alcaraz cuál iba a ser el calendario del murciano en esta temporada 2025.
En él dejaba entrever lo que finalmente se ha confirmado este lunes, su renuncia a jugar con España la eliminatoria de Copa Davis que, a finales de mes y principios de febrero, va a disputar el equipo español ante Suiza en tierras helvéticas.
España tratará de pasar una ronda con lo mejor que tiene tras el número tres del mundo, con Pedro Martínez, Roberto Carballés, Alejandro Davidovich y Pablo Carreño. Podría añadir a Roberto Bautista, pero a su edad está limitando también sus apariciones para no desgastarse demasiados. Parece lógico cuando a él ya le ha tocado liderar en otras épocas y es campeón de esta competición.
Diferente es el caso de un Carlos Alcaraz al que se le ha complicado mucho su deseo de verse alguna vez campeón de esta competición, pues sólo este año, si España pasa de ronda se cruzaría con la Serbia de un Novak Djokovic que está plenamente comprometido o la Dinamarca de Rune.
Sin embargo, su decisión es lógica. Cuando Samuel López dijo esto, de jugar la Copa Davis, Alcaraz apenas tendría descanso de aquí a abril, cuando supere los dos Master 1.000 de indian Wells y Miami y llegue la temporada de tierra batida, donde será el hombre a batir. Y entonces aún no había añadido el torneo de Qatar, que era una de las dos semanas de descanso que tiene en todo este tiempo y que ahora sí disputará.
El tenista español ya tiene un calendario lo suficientemente cargado de partidos como para añadir más. Ya en su día, Nadal peleó por reducir las semanas de la Copa Davis, porque quería jugarla. Y logró 'ganarle' una al calendario. Pero el nuevo formato de este año complica más el pase a las finales y obliga a las estrellas a aparecer de nuevo en febrero si no quieren despedirse antes de tiempo.
Un tiro en el pie de la ITF al que luego se añade la injusticia de ver por primera vez a un equipo directamente clasificado para unas finales a 8, como es la Italia de Sinner, cuando España, tras varios años celebrándola nunca tuvo un privilegio tan grande.
Si España no llega a esas finales, poca culpa tendrá un Alcaraz que, por sí solo, no puede solucionar un problema del que se venía avisando hace tiempo y al que la ITF le ha puesto la 'puntilla'.