La WTA siempre ha destacado por ser un circuito volátil, donde había alguna jugadora muy superior casi siempre, pero tras ella era común ver sorpresas y rondas finales en los grandes torneos con chicas que nadie sabía muy bien como habían llegado allí; sin embargo, las últimas campañas se ha normalizado mucho, y ahora ganan casi siempre las mismas, quitando algún pequeño desajuste en un torneo puntual. Por eso mismo, antes de empezar los torneos y dependiendo de su superficie, es relativamente fácil apostar a lo que puede suceder, dejando la tierra batida como el coto de caza personal de Iga Swiatek, y la pista rápida para Aryna Sabalenka o Coco Gauff. Y precisamente la primera, ganadora este año del Open de Australia, lo está demostrando en el US Open.
La jugadora bielorrusa venía de ganar en Cincinnati hace unas semanas, y al llegar a Nueva York ha ido arrasando rivales partido a partido, y es que además ha tenido suerte, porque en las rondas finales, donde le debería haber tocado contra la campeona de 2023, Gauff, ha tenido una rival diferente. Aunque realmente no se le puede llamar suerte a jugar contra Emma Navarro. La jugadora neoyorquina estaba cuajando el mejor tenis de su vida, y ganando, sin dar apenas opciones, además de a Gauff a rivales de la entidad de Paula Badosa. Pero la número 2 del mundo es otra historia.
La bielorrusa apabulló a la local durante todo el partido, salvo un pequeño bajón que le costó un susto al final, pero acabó cerrando el encuentro por 6-3 y 7-6 en una hora y 30 minutos. Este era el tercer enfrentamiento este año para Navarro y Sabalenka: la primera venció en octavos de Indian Wells, mientras que la segunda triunfó en los octavos de Roland Garros. Pero en esta ocasión en la Arthur Ashe, quedó claro muy pronto que Navarro, quien se estrenaba en unas semifinales de un 'major', lo iba a tener prácticamente imposible. Muy concentrada, con una imponente potencia y la precisión que acostumbra en sus golpes y totalmente convencida de que es la favorita para llevarse este 'grande', Sabalenka apretó a Navarro desde el inicio.
La balanza no tardó en inclinarse a favor de Sabalenka, que acabó el encuentro con 34 golpes ganadores frente a los solo 13 de su rival. Llevó el ritmo y el control del duelo de tal manera, que incluso se permitió un momento de debilidad precisamente cuando sacaba con 5-4 para cerrar su pase a la final, pero concedió un 'break' y dio esperanza de una remontada épica a la tenista local y a un público claramente volcado con su compatriota. Pero todo quedó en una anécdota y acabó ganando en el 'tiebreak', certificando el pase a la final y buscando algo que se consigue desde 2016, ganar los dos grande de pista rápida en el mismo año.