El tenis español tiene este año una grandísima oportunidad de conseguir la Copa Davis, ya que tras un tiempo de ausencia ha conseguido volver a la gran final, que además se disputa en casa, en Málaga del 19 al 24 de noviembre. La última ensaladera patria data del año 2019, en la primera con el nuevo formato, donde el equipo español se impuso en la final a Canadá, tras una semana excelsa de tenis. Pero este año es diferente, puesto que pese a no estar en las quinielas, el equipo de David Ferrer, comandado por Carlos Alcaraz, sorprendió a propios y extraños para ganar su grupo, disputado en Valencia y asegurar su plaza entre los 8 mejores. Ahora solo falta saber el equipo, que se anunciará este tarde y donde hay una duda por encima de todas, la de Rafa Nadal.
Batir a Australia, actual finalista y una de las grandes favoritas, es una declaración de intenciones, pero aún quedan Argentina, Estados Unidos, Alemania, Países Bajos, Italia y Canadá. Quienes se van a batir en el Martín Carpena con el sueño de suceder a Italia en el palmarés. Precisamente los transalpinos, con el número 1 del mundo, Jannik Sinner, a la cabeza, son los hombres a batir, pero España va a llegar con mucha hambre y con la duda de su mayor leyenda.
Este lunes por la tarde, a poco menos de dos meses para la prueba, es el momento elegido por David Ferrer para desvelar su equipo. Carlos Alcaraz será el líder y Roberto Bautista también es seguro, al igual que Marcel Granollers como especialista en el dobles, pero a partir de ahí quedan dos huecos donde hay muchas dudas. Ateniéndoos al ranking deberían ser Pedro Martínez Portero y Alejandro Davidovich, pero el año del malagueño es un total desastre y la opción de Pablo Carreño, cada vez mejor físicamente está ahí. Y por supuesto, por encima de todos sobresale Rafa Nadal.
El manacorí ha jugado sobre todo en tierra esta campaña y tras darse de baja del US Open y la Laver Cup no se le esperaba más en el circuito, al menos este 2024, pero una vez conseguido el pase, todas las miradas se han centrado en Ferrer, que ni mucho menos le ha cerrado las puertas. Y es que Nadal no se ha puesto la rojigualda en la Davis desde que la alzara en 2019, por lo que sería un sueño que se despidiera en Málaga, y por qué no, con un título. Además, el hecho de no haber jugado desde agosto le va a permitir estar en gran forma, porque ha seguido entrenando, lo que le haría ser una pieza clave, tanto en individuales como en dobles.