Siempre es triste cuando uno de los grandes tenistas del siglo se retira, más aún cuando es alguien como Andy Murray, quien durante los últimos años se ha hecho fuerte antes las muchísimas trabas que se ha encontrado en su camino, sobre todo por culpa de las lesiones. Pero lo bueno es que lo anunció con tiempo y le iba a dar tiempo a despedirse con honores en uno de los lugares más especiales de su carrera, Wimbledon, donde venció en 2013 y 2016, además de conseguir la medalla de oro de Londres 2012 en las mismas pistas. Por eso mismo, el ídolo local iba a tener el tratamiento de lo que es, hasta el punto de que se confirmó que iba a recibir un homenaje. Pero otra vez, las malditas lesiones.
En segunda ronda de Queen's se lesionó la espalda y tuvo que retirarse ante Jordan Thompson, y ayer domingo se filtró que tenía un quiste espinal que le iba a obligar a pasar por el quirófano y estar seis semanas de baja, sin embargo, parece ser que eso no era del todo correcto. Ha sido la propia madre del escocés, Judy Murray, la que se ha encargado de desmentirlo todo en su cuenta de X: "Cuando alguien en quien pensaba que podía confiar filtra sus datos médicos privados a los medios de comunicación es muy decepcionante. Y, para su información, aún no se descarta".
Es difícil, muy difícil, pero si alguien puede lograrlo es Andy, quien sabe lo que es sobreponerse a duros contratiempos médicos, como el que sufrió en su cadera y que le obliga a jugar con una prótesis. No son pocas las veces que ha explicado que sigue jugando por puro amor al tenis, pero que ya no podía más y era el momento de decir adiós. Se tomó una suerte de gira de despedida, pero ahora mismo, todo está en el aire.
Si consigue el milagro y se despide en casa, va a ser despedido por todo lo alto, pero si no, es muy posible que su adiós se produzca en los Juegos Olímpicos de París 2024, un evento especial, ya que fue campeón en 2012 y 2016 en categoría individual, además de la plata que conquistó en la modalidad de dobles, en estas mismas pistas verdes hace doce años junto a su hermano Jamie. Pase lo que pase, el gran azote de Djokovic, Nadal y Federer se merece decir adiós exactamente como desea hacerlo.