Carlos Alcaraz llegaba a Roland Garros con muchas más dudas que certezas, ya que en la gira de tierra apenas había podido jugar, y cuando lo había hecho, había sido lastrado por unos problemas en su antebrazo, así que su estado en París iba a ser una incógnita, sin embargo, ahora, después de cuatro partido y siete días de competición, podemos confirmar que está para lo que quiera y que lo del pronador redondo no es más que un negro recuerdo. Y lo mejor es que lo que está por venir.
Después de vapulear a Korda, donde se resarció de la inestabilidad del duelo ante De Jong, Alcaraz se medía a una de las sorpresas de la gira de tierra, Felix Auger-Aliassime, el finalista del Mutua Madrid Open, y uno de los tenistas que mejor se había adaptado a la fría semana parisina. Aunque eso sí, había vuelto el sol y hoy la Philippe Chatrier estaba descubierta, lo que debía beneficiar al murciano. Pero de inicio no fue así, porque en el primer juego de saque concedió un break, que sin embargo pudo recuperar inmediatamente, pero eso sí, no estaba del todo cómodo. El de Montreal salió sin presión, jugándose muchas bolas, y lo más importante, metiéndolas.
Pero eso tuvo fin, y es que pronto rompió de nuevo el murciano, en el octavo juego, y tras eso cerró con su servicio para llevarse el set por 6 a 3. Una buena toma de contacto, que en el segundo set se vio recompensada con otra rotura muy pronto. Además, tras el quinto juego, Auger-Aliassime pidió un tiempo médico para ser tratado por un problema en el abductor. Se fue a vestuarios y el juego estuve parado, pero se repuso, y volvió más suelto, pero desaprovechó tres bolas de rotura y esa fue la puntilla.
El de El Palmar volvió a romper para poner otro 6 a 3 y en el tercer parcial no hubo juego. El norteamericano se resintió de sus molestias y lo pagó con muchos errores con el saque, tantos que solo pudo ganar uno, y sobre todo, cometió muchas dobles faltas. Un gran número de ellas que permitieron a su rival cerrar el duelo con un 6 a 1. Así, 'Carlitos' ya está en cuartos de final, donde el nivel sube aún más, y enfrente va a tener a Stefanos Tsitsipas, que ha acabado con Arnaldi, el verdugo de Rublev. El finalista de 2021 vuelve al camino de 'Charly', como el año pasado, pero esta vez llega con mucha confianza.