Francisco Salas3 min lecturaEl Open de Australia puede traer consigo el advenimiento de una nueva y rutilante estrella para el tenis mundial, porque Joao Fonseca a sus 18 años tiene todo el potencial para conseguirlo. Ya su final de 2024 fue arrasador, pero ahora en la previa del primer grande del año ha comenzado como un tiro. Tres victorias, a cada cuál más dominante que la anterior, las cuáles le van a colocar en una situación cuanto menos llamativa, ya que visto lo visto y el nivel medio del tenis, en caso de que tenga algo de suerte en el sorteo, puede acabar llegando muy lejos.
El joven carioca llegaba a Melbourne tras conseguir ganar el Challenger de Canberra, pero antes había hecho lo propio en las ATP NextGenFinals, donde pese a entrar como el 8º favorito, pasó por encima de todos sus rivales, y ahora con su dominio en la previa solo ha demostrado que ya está aquí. En los tres partidos en Melbourne ha perdido solo 12 juegos, ya que tanto a Facu Gómez como a Coleman Wang les endosó un 6-0, mientras que cuando subía el nivel, en el partido decisivo esta noche ante Thiago Tirante, no ha tenido rival.
Al argentino, 12º favorito de esta fase, le ha doblegado sin problemas, por 6-4 y 6-1, para sumar su 13ª victoria seguida y afianzar aún más un estatus que poco a poco se convierte en realidad. Y es que no es para nada descartable que esta sea la última previa de un grande que dispute en su vida Fonseca, aunque visto lo visto, si tiene que pasar por alguna más, no se debería encontrar con excesivos problemas. Ya está bordeando el top 100, y a poco que le vaya bien estas semanas, estará dentro de él.
Este jueves se ha celebrado el sorteo del cuadro del torneo, y para todos aquellos jugadores que han visto como les tocaba una Q, es decir, alguien procedente de la 'qualy', que esté Fonseca es un gran problema. El nivel al que llega es algo totalmente fuera de lo normal, y enfrentarse a él, que además viene 'rodado' tras estos partidos, será un hueso durísimo para cualquiera. Incluso, y aunque esto si que pueda ser lanzar las campanas al vuelo, a poco que caiga en una parte que no haya nombres del más alto nivel, tiene potencial para llegar muy lejos, al estilo de Carlos Alcaraz en 2022, cuando con la misma edad que el brasileño ahora mismo, llevó al límite a todo un 'top ten' como Matteo Berrettini.