Francisco Salas
Se acaba 2024 y con el se va uno de los años más bonitos para el deporte español. La selección española nos regaló en julio una Eurocopa sorprendiendo a toda Europa con una competición casi perfecta que demostró el cambio de era de nuestro fútbol. Después en los Juegos Olímpicos de París 2024 no se cumplieron las expectativas con las medallas, pero aún así se vieron brotes verdes. Además el deporte individual ha tenido héroes como Carlos Alcaraz o Jorge Martín, que se consagraron ante el mundo. Pero todos estos éxitos y fracasos quedaron empañados por una figura, la del mejor deportista español de la historia, Rafa Nadal, que decidió colgar la raqueta para siempre, dejando un vacío infinito en el tenis y en el deporte patrio.
En las últimos temporada no ha estado ni mucho menos al mismo nivel que en las últimas dos décadas, debido a que pese a que él quería seguir entrenando y jugando al máximo, su cuerpo tenía otros planes tras 20 años de lesiones, pero seguía en activo, y aunque fuera como una idea platónica, cabía la esperanza de volver a verlo, pero eso se ha acabado. Aquella fatídica rueda de prensa en el verano de 2023 en el que anunció que en 2024 se iba a dar una última oportunidad fue el anticipo de lo que nos esperaba.
La esperanza de volver a verlo al máximo estuvo siempre al lado de su figura en este tiempo, y hace justo 12 meses, cuando volvió a disputar algunos torneos previos al Open de Australia, incluso se agrandó, pero ante Jordan Thompson el 5 de enero en Brisbane, todo se torció. La cadera le jugó una mala pasada al manacorí y de nuevo tenía que volver a empezar. Pero no pudo ser, porque en pleno proceso de recuperación falló al abdominal, retrasando todo aún más y dejando en el alero el sueño: despedirse de Roland Garros y los Juegos Olímpicos, que iban a tener lugar en la tierra de París.
Pero lo consiguió, y aunque lejos de su 100%, pudo despedirse en la pista en tres torneos donde ha dejado huella, el Conde de Godó, Roma y el Mutua Madrid Open, donde tuvo uno de los homenajes más bonitos que se recuerdan en el tenis. Pero por cumplir el sueño de llegar a Roland Garros, pero en París, su 'casa', donde tantas tardes de gloria ha vivido, esta vez le golpeó la daga de la realidad con vehemencia, la misma con la que Sasha Zverev le arrasó, poniendo fin a una historia que se cierra con 14 títulos, en lo que es el mayor dominio de un torneo que se recuerda en el deporte.
Una vez cumplido el ciclo parisino solo quedaba una cosa, que iba a tener lugar en el mismo lugar, la Philippe Chatrier, donde se disputó el tenis de los JJOO de París 2024, y donde una vez más, la realidad estaba esperándole. En este caso fue Novak Djokovic quien le apeó, en el que fuel el 60º encuentro entre ambos; pero más dura fue la derrota en dobles con Carlos Alcaraz en cuartos de final, en el que era el verdadero objetivo, decirle adiós a la arcilla del Bosque de Bolonia con un metal al cuello, pero no pudo ser.
Tras esto quedaba la duda de que iba a ser lo siguiente para Rafa, y esperó, tanto que eligió la Copa Davis de Málaga para decirle adiós para siempre al tenis, delante de su gente, y allí las cosas no fueron bien nada bien, dejando una sombra de agonía y desesperación que muy pocas habíamos sentido con él en pista. Pero la forma de despedirse no puede empañar lo que han sido 21 años de éxitos que lo han convertido en leyenda y en el mejor deportista español de siempre. 22 Grand Slams, 36 Masters 1000, dos oros olímpicos y sobre todo, la sensación de que no ha habido otro como él. Por eso desde este 1 de enero ya nada será igual y 2025 será el año I después de Rafa Nadal.