Desde este pasado miércoles y ya para siempre, la historia del
Eintracht de Frankfurt alemán tendrá un
vínculo indisoluble con el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán de la capital andaluza, pues sus hinchas recordarán siempre que en la casa del Sevilla FC levantaron su segundo trofeo de la
UEFA Europa League tras ganar 5-4 en la tanda de penaltis al
Rangers FC escocés, después del 1-1 con el que terminó el tiempo reglamentario.
Los germanos
ya habían estado de visita en Sevilla para enfrentarse al Real Betis en el Benito Villamarín, en la ronda de los octavos de final. Ya entonces,
como sucedió también en Barcelona (con una total invasión del Camp Nou) y se repitió esta semana, sus hinchas viajaron de manera masiva y muchos de ellos se pelearon con ultras escoceses, vandalizando parques, calles, edificios y monumentos de Sevilla, sin el más mínimo pudor ni respeto. Sin embargo, al presidente del Eintracht, Peter Fischer, lo que más le preocupaba era el
aforo de 43.000 personas de un Ramón Sánchez-Pizjuán que calificó con desprecios.
"Habrá 190.000 fans que no podrán estar en este estadio de Mickey Mouse", manifestó, visiblemente molesto, el máximo dirigente del club germano en unas declaraciones sorprendentes, pues no hay ni un sólo estadio en el mundo en el que quepan 200.000 espectacdores. Ni siquiera el del Eintracht, que apenas superar en dos o tres mil plazas la capacidad de la Bombonera de Nervión. Pese a ello,
Fischer lamentó públicamente la elección de la UEFA para la final de la Europa league y se ganó a pulso el zasca de su homólogo del Sevilla FC, José Castro.
"El estadio de Mickey Mouse, como él dice, tiene 6 copas de la Europa League en el centro de su antepalco. Al Eintracht todavía le quedan 4 para igualarlo... así que, exacto, será un estadio de Mickey Mouse, pero con 6 trofeos de la Europa League", respondió Castro ante las cámaras de
Movistar+, después de que el cuadro germano conquistase su segundo título continental en el Sánchez-Pizjuán.
"Son días de tensión, quizás para él estando delante de su público... son cosas que hay que perdonar; seguro que no lo ha dicho con mala intención", añadió el máximo dirigente del Sevilla FC en un tono más conciliador. Eso sí, el zasca ya se lo había llevado Fischer, todo un amante del mundo Disney y a quien, para no gustarle el estadio, se le vio disfrutar más que si estuviese en el famoso parque de atracciones de Orlando.