El futuro de Koundé, compuesto y sin novia

Abramovich enreda en la venta y el Chelsea corre peligro de desaparecer

El futuro de Koundé, compuesto y sin novia
- José López
José LópezJosé López4 min lectura
Si desde mucho antes señalaban que la prioridad para este verano en el Chelsea iba a ser el fichaje de Jules Koundé, desde que hace unos días Rudiger anunciara su marcha en Inglaterra ya dan por hecho que esta vez la ofensiva llegará a buen puerto.

El central sevillista no es el único al que anuncian como futurible de los 'Blues'. No en vano desde hace tiempo se conoce la marcha del danés Christensen, que presumiblemente fichará por el Barça, y está siempre la duda de qué pasara con Azpilicueta, que acaba contrato pero el club londinense tiene una opción para ampliarlo por un año. Aparte de Koundé, los medios británicos también señalaban en los últimos días como objetivo al joven croata Josko Gvardiol (RB Leipzig), al rojiblanco Giménez o al francés del PSG Presnel Kimpembe. Las pretensiones son que al menos lleguen dos defensores.

Sin embargo, la diferencia con Koundé es que éste es prioritario para Thomas Tuchel, que incluso reconocía no hace mucho que el pasado verano habían empezado demasiado tarde a negociar como para haber alcanzado un precio por el que el Sevilla pudiera haber dado el OK y hubiera tenido tiempo de buscarle sustituto.

Pero a día de hoy todo está en el aire por la venta del Chelsea, que se ha parado. Las exisgencias iniciales de Roman Abramovich eran de unos 3.000 millones de libras esterlinas (3.500 de euros y 4.000 millones de dólares), pero se había comprometido a no exigir los 1.500 millones de libras (1.800 de euros y 2.000 de dólares) que él había puesto en los 19 años que ha estado al frente del club.

Eso había animado al consorcio liderado por Todd Boehly, dueño de Los Angeles Dodgers, y al empresario y político ghanés llamado Andy Owusu a pujar en la que iba a ser la operación de compra-venta de una franquicia deportiva más importante de la historia del deporte mundial. Pero Abramovich se ha descolgado pidiendo los mencionados 1.500 millones añadidos y ha paralizado cualquier operación, que a día de hoy está enquistada.

La licencia especial que le concedió el Gobierno británico al club para poder vender expirará a final de mes, el próximo 31 de mayo. Si para entonces la compra no se ha formalizado ya, el Chelsea podría, incluso, desaparecer. Ya que no podría realizar ningún tipo de movimiento este verano y tampoco vender entradas ni menchandising. La única solución pasaría porque el Gobierno extienda de forma temporal la licencia, pero eso parece poco viable. Y si ocurre, no le permitiría hacer nada en el mercado de fichajes, ya que sus únicos ingresos, que son por los derechos televisivos, van íntegros a pagar los sueldos de los jugadores.

En ninguno de los casos podría afrontar el fichaje de Koundé, del que también está pendiente el Manchester United, pero al que una puja siempre podría elevar su precio y el Sevilla FC beneficiarse de ello.