La
guerra entre Rusia y Ucrania metía al
Chelsea en un gran lío justo cuando el mercado ha empezado a moverse. El conjunto que aún pertenece a
Roman Abramovich veía cómo el Gobierno británico limitaba sus movimientos y, aunque ha abierto algo la mano para que, entre otras cosas, tenga aficionados ante el Real Madrid, no le permite comprar ni vender, ni renovar a nadie, ni hacer ningún movimiento económico...
Eso ha llegado en un momento en el que negociaba la renovación del deseado Rudiger y en el que el club quería hablar con Azpilicueta y renovarle por la temporada de más que tiene opción. Y en el que muchos equipos se aprestan a incorporar futbolistas en un mercado de jugadores a coste cero más goloso que otros años.
También se complicaba la
compra de jugadores como el central del Sevilla FC Jules Koundé, al que tras no poder incorporarlo el pasado año, Tuchel lo tenía como objetivo para este verano. Y más tras la previsible salida de
Andreas Christensen y las posibles de los mecionados
César Azpilicueta y Antonio Rudiger.Por fortuna, el
Gobierno de Boris Johnson ha permitido finalmente la venta del club y el nuevo propietario tendrá que decidir si mantiene la misma senda de Abramovich. Hay cuatro posibles compradores y el 18 de abril es la fecha límite para que el Gobierno británico reciba la candidatura elegida de las cuatro que quedan en la carrera por hacerse con el Chelsea. Según aseguraba Sky Sports, esa misma semana
Downing Street emitirá una licencia especial para que la transacción se pueda cerrar.
Está por ver qué deciden luego, aunque si se mantiene a Thomas Tuchel en el cargo, parece claro que insistirá en el fichaje de Koundé. De hecho, el técnico alemán reconocía en una entrevista el error del Chelsea al ir demasiado tarde a por el jugador galo. Los Blues empezaron con una oferta muy baja, que el Sevilla rechazó y ya hubo poco tiempo para madurar el posible fichaje. "Estaba claro que
lo intentamos por Kounde y Saúl (Ñíguez) y eso fue muy, muy tarde. Fue una ventana de transferencia muy tranquila porque estaba completamente concentrado en el entrenamiento y en mi equipo", aseguraba el técnico alemán.
En Nervión esperaban
una oferta más cercana a los 80-90 kilos que tiene el francés del
Sevilla FC como cláusula de rescisión y la siguen esperando para este verano, en el que será difícil retenerlo.
"Marina (Granovskaia) estaba a cargo y es la mejor persona que puede estar a cargo. Estábamos en contacto y Petr Cech también. Nosotros tres conocíamos todos los movimientos. Sabíamos que pueden pasar cosas, pueden pasar más tarde y también éramos muy conscientes de la situación y de que, tal vez, no pasase nada", admitía Tuchel, que tenía claro que si no se podía fichar a Koundé ese año, no pasaría nada, ya que tenían la base defensiva del conjunto que se proclamó campeón de Europa. Algo que no tendrá la próxima temporada, cuando saldrá, como mínimo, Christensen.
El Sevilla tendrá que hacer una gran venta el próximo verano para cuadrar las cuentas y habida cuenta que
En-Nesyri no ha cuajado su mejor temporada y que va a renovar a
Diego Carlos y Ocampos, previsiblemente será el francés el elegido siempre que llegue un precio acorde a su valor.