"Mi camino y el del
Sevilla FC se separan profesionalmente, aunque sentimentalmente es imposible.
Agradecido por el afecto del personal humano del club, por haber podido disfrutar y representar al Sevilla FC, pero sobre todo por el cariño y el calor del sevillista de la calle. Imposible devolver tanto
cariño. Mucha suerte y siempre: ¡Viva el Sevilla!". Con este mensaje en su cuenta oficial de la red social Twitter,
Carlos Marchena anunciaba la desvinculación del club de sus amores, en cuya cantera se formó hasta llegar al primer equipo en 1997 en competición oficial. Traspasado al
Benfica en el año 2000 por casi
6 millones de euros, pasó luego por
Valencia, Villarreal, Deportivo y Kerala Blasters (de la India), para
retirarse mientras se ejercitaba con el
Gerena hace casi seis años.
Fue galardonado en
2011 con la medalla de oro de la
Real Orden del Mérito Deportivo, junto al equipo que se había proclamado en Sudáfrica
campeón del mundo. Y, aunque la selección española lo reclamó en
2018 durante la crisis desatada tras el despido de
Julen Lopetegui y la incorporación de
Fernando Hierro como míster interino para afrontar el Mundial de Rusia, estuvo ligado al Sevilla FC como ayudante técnico en el
Sevilla C y el primer equipo, mano derecha de
Paco Gallardo en el Sevilla Atlético y, desde 2020,
enlace técnico entre las tres escuadras que siguen a la matriz, labor que compaginaba con otras funciones externas.
A falta de confirmación, sus ocupaciones como
delegado de la UEFA en España y otras relacionadas con la
RFEF o diversas fundaciones benéficas y formativas, como la de
Abidal, e habrían obligado a dedicarse en
exclusiva a ellas, sacrificando su función en la entidad nervionense.