Entre muchísimos datos ofrecidos durante la Junta General de Accionistas del
Sevilla FC celebrada el pasado martes en el Palacio de FIBES, destacó el último cargo a cuenta que ha dejado el
ruinoso paso de Joris Gnagnon por el conjunto nervionense, desde que fuese fichado por unos
15 millones de euros del Rennes francés, club en el que se formó y despuntó, durante la etapa de Joaquín Caparrós como director del Área de Fútbol en el que se englobaba la dirección deportiva.
En su exposición de los datos económicos, referentes a los puntos dos, tres y cuatro del orden del día en la junta, el director general de la entidad,
José María Cruz, reveló que la
rescisión unilateral de los dos años de contrato que aún le quedaban por cumplir al central francés ha supuesto una merma en las arcas de la entidad de
2,7 millones de euros. O lo que es lo mismo, el club le ha tenido que pagar a Gnagnon la ficha completa de los dos curso, ya que tenía una
ficha de 1,4 millones por temporada.
Gnagnon llegó a Nervión en verano de 2018 a cambio de
un fijo de 13,5 millones de euros en una operación valorada luego en 15 kilos.
Traspaso caro, ficha alta y, para rematar la jugada, un
contrato largo de cinco años. Decir que su rendimiento no estuvo a la altura de su contrato es quedarse demasiados cortos. Problemas de peso, falta de implicación, una deficiente forma física y una manifiesta incapacidad para asumir los conceptos del entrenador fueron los motivos de que el Sevilla optase por pagar para no tener que verle más por la Ciudad Deportiva José Ramón Cisneros Palacios.
Todo ello, agravado por el hecho de que su
último partido oficial fue antes de la pandemia. La única vía de escape para los nervionenses fue precisamente esa temporada 2019/2020, en la que consiguió buscarle acomodo como cedido en el Rennes y se libró de parte de su ficha (no mucho más de la mitad). En su club de toda la vida comenzó jugando y rindiendo, pero poco a poco entró en una
dinámica a la baja rematada por la
cancelación de la Ligue 1 cuando el coronavirus 'conquistó Europa'. El campeonato galo, a diferencia del español, no se retomó y Gnagnon no ha vuelto a jugar desde entonces.
En su etapa como futbolista del Sevilla FC, su participación se resume en
sólo 17 encuentros oficiales -siete de LaLiga, seis de la Europa League y cuatro de la Copa del Rey- y un dato: 16 de ellos fueron en su primer curso, con
Pablo Machín y el propio
Caparrós, el encargado de su fichaje. Con Julen Lopetegui, el francés sólo sumó un choque (y como suplente, 29 minutos), ante el modesto Ciudad de Lucena en la primera ronda copera en la 20/21. Para la presente campaña, le dejó sin ficha.
En total, 15 millones de euros de su fichaje, más unos seis kilos en fichas (incluido el finiquito de su despido) en tres años y medio que
elevan a 21 millones el gasto del Sevilla FC en un futbolista que sólo jugó 17 partidos. A 1,2 kilos cada vez que Gnagnon se vistió con los colores blanquirrojos. Ruina total. Y con
Ibrahim Amadou -otro francés que llegó de Francia en ese mismo verano de 2018 por otros 15 millones- va por el mismo camino.