Balas de fogueo; Castro, reforzado y el botón de la discordia: ¿Del Nido optó por no votar o no le dejaron?

Aitor TorviscoAitor Torvisco 6 min lectura
Apuntaba a batalla campal, pero se quedó finalmente en balas de fogueo. En gritos vacíos, sin micrófono. En amenazas tan firmes como estériles. Nadie quiere que llegue la sangre al río, eso es evidente, pero en las votaciones de los nueve primeros puntos del orden del día en la Junta General de Accionistas del Sevilla FC celebrada este martes en FIBES, la sensación ha sido como cuando alguien te vende una serie como 'la mejor de la historia' y luego, cuando la ves, exclamas al final: '¿Ya? ¿Y para eso tanto? Pues bien podría haberse ahorrado tanto jaleo en el guion'.

A veces, lo que sucede es que es el final queda abierto, inconcluso, para que exista la posibilidad de hacer futuras temporadas. Eso, si se dan circunstancias ventajosas (si no, no, se recoge cable y aquí no ha pasado nada). Todo apunta, a que habrá 'Season Two' del tenso pero breve cónclave de hoy y que ésta tendrá como escenario la sala de un juzgado. Acabó la junta, continúa la pelea de sillones ante un atónito y hastiado sevillismo.

El final de esta primera tanda deja una pregunta abierta: ¿Voto Del Nido, no le dejaron u optó por no hacerlo? "Quiero que quede constancia de que no se me ha permitido votar en la Junta de Accionistas a todos los efectos que procedan", señalaba en cada punto del orden del día el expresidente, tuviese o no la palabra. Tantas quejas como respuestas de Castro asegurando la falsedad de esa acusación y afirmando, no sólo que pudo votar, sino que sí lo había hecho. La cantinela fue la misma durante las tres horas de junta. Acompañó como parte del hilo musical las también repetitivas advertencias del utrerano acerca de la unidad con el vicepresidente primero, José María del Nido Carrasco, y sus votos consensuados para todos y cada uno de los requerimientos.

Según apuntan a diversos medios desde la actual directiva nervionense, Del Nido Benavente podría haber ejercido, de haber querido, su derecho a voto en los puntos del día 2, 3 y 4: aprobación de cuentas, aprobación de la gestión del consejo y retribución del consejo. No lo hizo, pero añaden que la prueba de que no se vulneró su derecho a voto es que sí ejerció el mismo en el noveno apartado de la junta. Sorprende lo fácil que lo tuvieron los rectores para ver cómo eran aprobadas esas cuentas con déficit. Sobre todo, teniendo en cuenta que el abogado hispalense alertó en su ronda por los medios de que la entidad "estaba arruinada". ¿Entonces, por qué se quejaba de no poder votar?






Esta rocambolesca y contradictoria postura del exmandamás blanquirrojo podría tratarse de una mera estrategia de cara a reservarse las balas de verdad, no las de fogueo, para las batallas judiciales con las que amenaza con eternizar esta junta. Para ello, debe asegurarse de que no le puedan acusar de romper el famoso pacto de estabilidad entre las 'grandes familias', con multas millonarias en caso de incumplirlas y con los organismos judiciales pendientes de que se respete, como ya han demostrado. Eso ayuda aún más a entender su maniobra en la mañana de este mismo martes para intentar evitar que Accionistas Unidos votase con sus títulos sindicados. Intentaba equilibrar fuerzas.  

En el único punto que Del Nido y sus aliados no tuvieron derecho a voto fue el 6, y así lo anunció previamente José Castro. El presidente advirtió que desde el 10 de diciembre de 2018 existe una agrupación de 31.898 acciones designadas en tres administradores entre los que se encuentra su propio hijo José María y con vigencia de seis años. Precisamente por eso, el utrerano acusaría también a Del Nido de incurrir en un presunto fraude de ley, aunque para defenderlo deberá probar que trató romper ese acuerdo e intentar apartar a su hijo.





Por este motivo, la mesa de la junta, como repitió también el secretario, Jesús Arroyo, no permitiría su voto en el punto 6. Votó Del Nido Carrasco y el resultado (77% en contra) fue una de las claves de la noche ya que en ese apartado se decidía el cese de la directiva al completo y, al quedar descartado, anuló también los puntos 7 y 8.

Además, no se escucharon ni una sola de las muchas propuestas que Del Nido Benavente aseguraba que desvelaría, en materia económica, de infraestructuras y de construcción de un nuevo estadio... Nada de nada. Todo ello hace salir reforzado a Castro, pero sólo de momento. Esto sólo es el final de la 'Season One'. A ver qué depara la segunda, pero el sevillismo -ya lo ha avisado- está harto de unos y otros.