Wolfsburgo 1-1 Sevilla FC: La remontada se estrella contra el palo

Un penalti transformado por Iván Rakitic a tres minutos de la conclusión evita una situación límite para el Sevilla y hace justicia en un partido en el que el equipo de Lopetegui fue mejor, dominó tras liberarse de la alta presión inicial alemana, pero se encontró con un tanto nada más empezar la segunda mitad y sufrió lo indecible para neutralizarlo. Una gran parada de Bono fue el detonante de un tramo final en el que los de Nervión encontraron su premio cuando más difícil parecía y acariciaron la remontada con un tiro al palo del Papu Gómez en la prolongación.  

 

Julen Lopetegui salía con su previsible once inicial. Fernando se recuperó a tiempo para ser de la partida y Ocampos se quedó con un puesto al que también optaba Lamela. El Papu Gómez, por su parte, volvía al once tras su ausencia ante el Espanyol. Mientras que el Wolfsburgo, liderado por Weghorst, afrontaba el duelo con un equipo a priori muy competitivo y jugadores muy rápidos por detrás de la referencia de ataque.

 

Para este choque, el entrenador blanquirrojo no podía contar con el lesionado En-Nesyri, ni con los no inscritos Idrissi y Gudelj. Mir era el encargado de suplir la baja del marroquí y se estrenaba como titular en esta competición.

 

El primer avisó llegó por parte sevillista con un lanzamiento de falta de Jordán que detuvo con mucha seguridad el portero alemán, pero la intensidad que imprimía el Wolfsburgo auguraba un encuentro muy complicado y diferente a lo que Lopetegui habría querido.

 

Aunque los nervionenses lograron frenar ese ímpetu y empezar a tener el balón, el Wolfsburgo demostraba cada vez que podía la velocidad de sus contragolpes, lo que más temía el técnico guipuzcoano. A eso añadía una presión en la salida del Sevilla que, en ocasiones, puso en más de un apuro a la defensa nervionense.

 

El Sevilla, pese a este dominio parcial, tuvo que esperar al minuto 22 para tener su siguiente llegada más o menos clara. Una jugada rápida por banda izquierda que acabó con un centro de Acuña para que un defensa local arrebatara el gol de los pies de Rafa Mir.

 

El córner se sacó y acabó con Koundé en el suelo. El central francés había recibido un plantillazo en su gemelo. Los sevillistas pidieron penalti, pero el árbitro consideró que no era suficiente para pitar una pena máxima.

 

La tensión con la que se vivía el partido lo dejaba claro las tres cartulinas amarillas que ya se habían visto en los primeros 25 minutos. Nadie se guardaba nada.

 

El Sevilla ya iba claramente a por el gol y éste pudo llegar a los 29 minutos, en una jugada de Suso, que Ocampos dejó atrás de cabeza y Rafa Mir, con todo a favor, golpeó muy mal entre el muslo y la rodilla, y el balón acabó yéndose a córner.

 

Suso probaría a Casteels a los 34 minutos con uno de sus típicos disparos con la izquierda tras recortar hacia dentro, que esta vez le salió muy centrado. El Sevilla estaba claramente mejor en estos minutos una vez que el Wolfsburgo había reducido su insorportable presión de los primeros compases del encuentro.

 

Pese a ello, los jugadores del Wolfsburgo iban a límite y los futbolistas del Sevilla lo pudieron comprobar pronto. Acuña ya sufrió a Steffen en los primeros minutos y luego, una planchazo de Mbabu le dejó K.O. El argentino, muy dolorido, acabó recuperándose al menos para poder afrontar el tramo final de la movida primera mitad.

 

Así se entraron en los cinco últimos minutos, en los que el Sevilla prefirió asegurar, paró el partido y esperó a que el descanso menguara los ánimos del encendido equipo alemán. Aunque un error de Rafa Mir en la prolongación permitió la ocasión más clara del conjunto germano, una falta lateral que Arnold acabó enviando por encima de Bono.

 

Lesión de Acuña y gol en contra

 

El golpe acabó pasándole factura a un Acuña que no pudo seguir. Rekik le suplía en el descanso con el objetivo de mantener la hegemonía sevillista. Sin embargo, ni tres minutos se llevaban cuando una jugada por la banda que ocupaba el holandés acabó en un centro sin aparente peligro que Navas despejó mal ante la presión de Weghorst y el balón le quedó franco a Steffen para que fusilara a Bono.

 

Era la primera llegada clara del Wolfsburgo y acababa dentro de la portería sevillista. Tocaba remar y variar la situación. Lopetegui reaccionó rápidamente dando entrada a Rakitic y Lamela por Rafa Mir y Suso. El argentino se colocaba, de forma sorprendente, como '9' sevillista.

 

Lo primero que hizo Lamela fue sacar un córner que acabó en un remate de Diego Carlos que paró con alguna dificultad Casteels. El Wolfsburgo ya se había cerrado más atrás y buscaba claramente las contras. Mientras el equipo de Lopetegui empezaba a acumular el control que quería desde el inicio, pero que no había podido tener dada la intensidad alemana.

 

Weghors tuvo una gran ocasión en una de esas contras (60'), pero su disparo le salió alto. Por suerte no vio a Baku y a Lukebakio, que estaban mejor posicionados en el área pequeña.

 

El Sevilla tenía el balón, pero no era capaz de abrir la cerrada y tupida defensa del Wolfsburgo. Pasaban los minutos y no sucedía nada, justo lo que buscaba el conjunto local. Y eso 'obligó' a Lopetegui a apostar por el canterano Iván Romero. El goleador del filial suplía a Jordán, se situaba junto a Lamela y variaba el sistema a un 4-4-2 con el que esperaba tener más presencia ofensiva.

 

El equipo de Van Bommel respondió al cambio con una contra de libro que olía a sentencia. Weghorst, en el mano a mano, no pudo con Bono. El marroquí se erigió en el salvador con un pie providencial.

 

El Sevilla, ya con Munir en el campo, respondió con un remate de Rakitic, que sacó la defensa, y la respuesta de Diego Carlos, que no pudo atinar con la portería. No era gran cosa, pero era lo mejor que habían podido agarrar los de Lopetegui en toda la segunda mitad.

 

La siguiente llegó en un centro sin aparente peligro en el que el balón acabó tocando la mano de Lacroix claramente dentro del área. Era penalti y expulsión, pero el árbitro no se quiso complicar y no pitó nada. Dos minutos después hizo justo lo contrario. Una plancha sobre Lamela en una jugada que aún parecía menos clara, acabó en pena máxima y expulsión de Guilavogui. Rakitic, como ante el Salzburgo, transformó el penalti de forma magistral. El Sevilla igualaba cuando peor lo tenía.

 

El empate y la superioridad espolearon al equipo andaluz en los últimos minutos y se fue a por el triunfo sin reparos. Y a un paso estuvo de lograrlo con un centro-chut del Papu Gómez al que no llegaba Iván Romero, nadie despejaba y el balón acabó golpeando el palo. Munir no llegó por poco al rechace.

 

Aún tuvo una última opción Munir en los cinco minutos de prolongación, pero el balón se le acabó yendo alto. No había tiempo para más. El Sevilla, con la parada de Bono y el gol de Rakitic, había salvado una situación límite en un partido en el que había sido mejor, pero no le había bastado para ganar.