En un verano con Eurocopa, Copa América, Copa Oro y Juegos Olímpicos y en medio de una recesión económica por culpa de la pandemia, es lógico que el mercado estival de fichajes avance de manera lenta, pausada y con movimientos temerosos y muy calculados. No obstante, eso no quiere decir que las secretarías técnicas no estén trabajando a destajo. En el Sevilla FC por ejemplo, las únicas noticias que se conocen hasta la fecha llegan con despedidas de jugadores (Franco Vázquez, Vaclik, Escudero o Aleix Vidal) mientras Monchi perfila varias negociaciones para culminar renovaciones pendientes.
La de Jesús Navas está retrasándose más de la cuenta y a sólo 10 días para que el capitán sevillista quede libre hay discrepancia sobre los años de duración de ese contrato. Con el prometedor Bryan Gil hay conversaciones pendientes tras su exitosa cesión. Y más avanzadas, cerradas a falta de oficialidad, están las de Lucas Ocampos y Diego Carlos que ampliarán un curso más para ver mejorados sus emolumentos a cambio, eso sí, de subir notablemente sus cláusulas de rescisión en un aviso para sus muchos pretendientes.
En un mercado en el que todos los focos están puestos en Koundé, son constantes los rumores de posibles grandes ofertas por otros futbolistas sevillistas como En-Nesyri, Joan Jordán, Papu Gómez, Suso o los propios Ocampos, Diego Carlos o Bryan. La idea del club es negociar e incluso dar facilidades por los futbolistas que menos han contado para Julen Lopetegui y ser inflexibles con los pesos pesados de esta plantilla, por quienes remitirá a sus cláusulas y ni siquiera se sentará a discutir propuestas que no acerquen mucho a esas altísimas cifras liberatorias.