Los titulares se lo lleva
Bryan Gil, por su espectacularidad, su vistosa forma de encarar y desbordar y su explosión de atrevimiento, pero
no es el único sevillista que se ha ganado un puesto insdicutible en el Eibar en esta temportada.
Alejandro Pozo comparte vestuario en Ipurua con el barbateño y también once, pues el de Huévar
lo está jugando prácticamente todo como lateral derecho a las órdenes de Mendilibar.
Tanto es así que, con 21 partidos ligueros en el presente curso,
ya ha batido su récord particular de choques durante un curso en la máxima categoría del fútbol español, que hasta ahora lo había registrado en el Mallorca con 19 encuentros -estuvo cedido seis meses en la 19/20-.
Esta camapña ha participado en todos los envites ligueros y únicamente en tres no ha sido de la partida. Además, a excepción de dos, ante Levante y, precisamente, el Sevilla FC,
los ha completado todos, para sumar un total de 1.662 miniutpos, a los que se le añaden 78 más en Copa.
Su continuidad y buen rendimiento han generado dudas en Nervión acerca de su futuro en el Sevilla, pues ha seguido evolucionando y se ha ganado como mínimo probar en pretemporada por si puede hacerse un hueco.
El canterano termina contrato en 2023 y ahora mismo la dirección deportiva, como reconoció el propio Monchi en la entrevista con ESTADIO,
están muy contentos con su prestaciones en el Eibar. Es más, el de San Fernando le mencionó como opción para la banda derecha de cara a la 21/22 al ser preguntado por la necesidad de reforzar dicho carril en verano. Ahora mismo, Lopetegui cuenta con
Navas y un Aleix Vidal que cumple con creces cada vez que sale.
Todavía es pronto para tomar decisiones lógicamente,
pero los informes recabados hasta ahora son muy positivos y en Nervión
se abren todas las opciones,
desde ofrecerle la oportunidad antes comentada -ya comenzó la 19/20 como suplente de Navas-, una nueva cesión -quizás más remota después de haber salido ya varias veces- o
un traspaso. Transfermarkt le tasa en
cinco millones de euros y su regularidad en Ipurua podría propiciar que el Sevilla hiciera algo de caja con su traspaso.
De momento,
el jugador se centra en mantener su nivel de cara a que el Eibar logre la salvación e incluso en cristalizarlo con alguna asistencia o gol.
Su deseo siempre ha sido triunfar en Nervión pero tampoco está cerrado a otras vías, ya dependiendo del panorama que le dibuje el Sevilla una vez terminada la cesión. Monchi se lo está pensando.