En el Sevilla FC han celebrado la salida de Quincy Promes del Ajax por un doble motivo. De un lado, su marcha supone una competencia menos para Oussama Idrissi, lo que le permitiá a priori gozar de más minutos, que es lo que tanto el jugador como el club de Nervión buscaban cuando se accedió a su préstamo en enero al conjunto de Ámsterdam. Pero, además, el regreso de Promes al Spartak de Moscúdejará un pequeño beneficio en las arcas del Sevilla FC, algo siempre bienvenido.
En el verano de 2017, con Caparrós al frente de la dirección deportiva, Promes se convirtió en uno de los fichajes más caros de la historia sevillista, con un coste de 20,8 millones de euros. Pero tras sólo una campaña en el Pizjuán, con el regreso de Monchi, fue traspasado al Ajax por 15,7 kilos más 1,5 en variables, guardándose además el Sevilla FC un porcentaje de una futura venta, que ahora deberá ser ingresado.
Lo que no habrá hecho tanta gracia en Nervión es el montante del traspaso de su ex jugador, por el que el Ajax recibirá 8,5 millones de euros como partida fija, pudiendo alcanzarse los 11 kilos en función de diferentes variables. Una cantidad alejada de los 15 millones en los que Promes es valorado por Transfermarkt y que, por tanto, reduce también las ganacias sevillistas.