Bryan Gil ha acaparado titulares y
ha convencido al sevillismo de la necesidad de hacerle un hueco la próxima temporada en el Sevilla.
Su excelente rendimiento en el Eibar, con sensaciones correspondidas con números, han generado incluso debate sobre si tenía que haberse quedado en Nervión ante la falta de oportunidades para
Idrissi, si bien a toro pasado siempre resulta más sencillo sacar conclusiones.
Lo cierto es que el barbateño está maravillando a las órdenes de Mendilibar y, bajo la vigilancia de Escudé,
en Nervión ya existe un plan trazado para su futuro de cara al próximo verano. Un hoja de ruta a la que ha contribuido que, por ahora, el equipo siga echando de menos ese perfil de futbolista desequilibrante que representa a la perfección el gaditano y que, a priori, era lo que buscaba Monchi con Idrissi.
En este sentido,
la dirección deportiva cuenta desde ya con él de cara al proyecto 21/22 al considerar que el rodaje en Ipurua ha resultado de lo más fructífero y que
ya se encuentra preparado para disponer de protagonismo en el Ramón Sánchez-Pizjuán. Una decisión que difícilmente cambiará ya, aunque lógicamenmte en pretemporada deberá confirmarse ante el técnico y ganarle la partida a la competencia.
Este sábado, en Ipurua disfrutará del
perfecto escaparate para que en Nervión consoliden aún más dicho plan trazado, por lo que afronta el choque muy motivado y dispuesto a exponer más razones si cabe para demostrar que
su futuro pasa por el Sevilla con un rol de primer espada.
En el Eibar se erige en una pieza fundamental en el esquema armero, disputandi un total de 1.33 minutos repartidos en 14 partidos, con un bagaje de tres goles y una asistencia, a lo que se suma, obviamente su continua generación de peligro con su desborde y profundidad.